Como cada mañana entra en el ascensor y se ve reflejado en el espejo, al fondo de la cabina. Como cada mañana juzga con mirada acuosa la línea del pelo en retirada, el vientre años atrás rotundo, ahora deshinchado. Como cada mañana el ojo del otro lado del vidrio, sardónico, se clava en el suyo. No hay libertad sin precio parece expresar, desafiante. Pero hoy está dispuesto a pagar por esa libertad. Esta mañana, por primera vez, tiende la mano a la mano del cristal y la estrecha.
Míralo en el ascensor, como todas las mañanas. Quiero sumergirme en él antes de despertar de este sueño, cuando cada mañana sale del ascensor callado y legañoso, oliendo a café. Como todos. Pero hoy quiero hacerle pagar por su libertad. Mis ojos de este lado del espejo tienen hambre. Como todas las mañanas, se escruta el pelo y la panza y luego aparta la mirada. Como todas las mañanas, sus ojos despectivos del otro lado hacen que apriete el puño y me clave las uñas de rabia. Pero hoy voy a desafiar su preciosa libertad. Hoy va a pagar.
Pedro Alcarria Viera, nacido en Barcelona, ciudad en la que reside, el año 1975, escritor, traductor y guionista radiofónico, fotógrafo para publicaciones científicas en el campo de la historia del arte, colaborador en la radio municipal de la ciudad de Castelldefels y poeta con los siguientes títulos publicados: El dios de las cosas tal y como deberían ser (ArtGerust 2015) y Camada (Ediciones Vitruvio 2021) además de coautor de la plaquette Damnatio Memoriae. También ha publicado sus poemas en revistas como tActe Barcelona, Almiar o Casapaís. Es creador del blog Cocinando chacales.
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