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«¡No mates al niño!» y otros dos poemas de J.R. Spinoza

Tres poemas de J.R Spinoza que hacen un llamado a mantener viva la imaginación, la inocencia y la esperanza, incluso en momentos difíciles. También reflexionan sobre el miedo al rechazo y la incertidumbre en la vida.

¡No mates al niño!

¡Nunca jamás!
Aunque te persiga el dolor
con sus doscientos piratas,
capitán mutilado,
barco maldito,
tiempo transmutado en cocodrilo.

«El tercer jinete», un relato de J. R. Spinoza

“Nuestras vidas no están en manos de los dioses, sino en manos de nuestros cocineros”.
—Lin Yutang.

Con el tiempo, uno se acostumbra a la carne humana. Después de cinco días sin comer sientes como te queman las entrañas, ya no quedan fuerzas para hablar y moverse supone un esfuerzo enorme. 
Lloré la primera noche que me atreví a probarla, no fue por el pecado, sino por la culpa de que me supiera tan bien. Me prometí no volver a hacerlo, pero las raciones eran tan pequeñas y desde que se acabó la miel es lo único que nos queda. Hace tres años éramos siete mil quinientos millones de personas. Hace un

Desde México: «En un mar de muertos», un cuento de J. R. Spinoza

La inscripción está grabada con letras doradas, justo en la placa debajo de un cuadro en particular. Uno que muestra a un hombre parado junto a un faro mirando abajo hacia el océano, donde centenas de esqueletos arrastran a otro sujeto idéntico a él a las profundidades marinas.
Dicha pintura se ubica al centro del salón de juegos de Il casinò della vita. La contemplo por unos momentos, como esperando hallar alguna respuesta o que provoque una epifanía que me ayude a salir de este embrollo. Mi padre decía que un hombre con fe, vale más que uno con suerte.
Lo cierto es que tengo pocas posibilidades. Es la penúltima ronda y sobre la mesa están dos reinas (de diamante y de corazones), un ocho de picas y un as de tréboles.

'La mascara', cuento de J. R. Spinoza.

De todas sus películas esa es mi favorita. Crecí viéndolo en pantalla, con sus gestos divertidos y la capacidad de hacer reír usando su voz. Creí que conocería al hombre de las mil caras, pero quien estaba frente a mí era un cadáver. Un hombre flaco y ojeroso, con la mirada perdida y

'Espantapájaros', cuento de J. R. Spinoza

¿Quieres saber cómo terminé aquí? Fue a causa de los cuervos. ¡Vaya que son inteligentes! ¡No! ¡No me pongas esa cara! Esto sucedió antes de que nacieras… ¡Ven, pósate sobre mi hombro! Te contaré la historia. ¿Dónde estaba? Ah, sí… ¡Ustedes son muy listos! Una vez vi un documental acerca de una parvada como la tuya que imitaba el aullido de los lobos. ¿El motivo? Conseguir que un lobo real llegara a la zona y capturara a la presa. Lo que terminaba sucediendo. Luego de comer, el cánido dejaba un banquete para las aves. 

'Vaticinio', cuento de J. R. Spinoza


La primera vez que sospeché que mi hijo podía predecir el futuro fue durante el cumpleaños número ochenta y uno de mi padre. Les invité a cenar a mi casa. Compramos un pastel de tres leches para partir después de comer. Recuerdo que coloqué las velas en el pastel, como mi padre hizo tantas veces en mis

'El domador', relato de J. R. Spinoza


      El circo de los hermanos Silva era famoso por su espectáculo de leones, en el cuál las bestias mostraban su destreza brincando aros de fuego y caminando sobre dos patas. Recorrían la República Mexicana de norte a sur. Ulises Silva tenía más de veinte años siendo el domador del circo. Yo me escabullía detrás de las gradas para verle ensayar. Si tuviera que escoger cual de sus prácticas me impresionó más, sería la siguiente:

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