Penélope no puede destejer lo que no ha tejido.María Celina Núñez(“Sitiada”. Maleza)
Me llaman La Volátil, sobrenombre que me encanta porque afirma mi aire de liviandad, de ligereza, aunque les advierto, esto nada tiene que ver con La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera, sino más bien con la ineluctable volatilidad de mi modo de ser, que no se asienta, que no se apega a la gente, ni a las cosas, sino que se esfuma y desaparece cuando lo considera conveniente. Hace cuatro días que estoy encerrada en mi apartamento de Kolonaki. Escogí este lugar para vivir porque desde el balcón puedo contemplar los predios de Edipo, donde dicen que se asiló, junto con su hija Antígona, después de la tragedia, desencadenada por el empeño en buscar su identidad (Sófocles dixit), aunque no estoy segura de que esta historia corresponda a la que narra la mitología (son tantas las versiones), ya que la especulación sobre las huellas de los héroes y sus leyendas, resulta interminable.