«Mi ultimo cuento», por Carlos Latorre Gutierrez

Mi cumpleaños número 75 fue celebrado sin familiares, debido a la pandemia que estamos enfrentado y las cuarentenas, nadie fue invitado, algo extraño para mí ya que estoy acostumbrado a celebrarlo con familiares, amigos y vecinos, solo mi esposa Elena y yo, ella ha sido mi compañera por los últimos 43 años, puedo decir que he sido muy feliz con ella y porque no decirlo….aún estamos enamorados, siempre pensé que nuestra vejez llegaría sin grandes problemas, que equivocado estaba al pensar así.
Desde que nos llegó esta pandemia hemos tenido mucho cuidado en no contagiarnos, hemos respetado las cuarentena pero no ha sido fácil, como adultos mayores yo y Elena participamos en diferentes actividades que se han cancelado por esta pandemia que ya lleva cerca de dos años, los quehaceres son compartidos y en mis ratos libres me he dedicado a escribir cuentos y relatos que envió a concursos y convocatorias literarias de diferentes paises, he sido ganador de un primer lugar, varias menciones honrosas y muchos certificados de participación, creo tener cerca de 35 cuentos, algunos de ellos son de experiencias personales y otros de situaciones que son de mi propia imaginación, lo que no imagine fue que llegaría el momento de escribir mi último cuento y no ha sido fácil para mí, ha sido el más difícil de escribir y ha sido el que más tiempo me tomo terminarlo, no creo que sea necesario decir que es una historia verdadera, por lo tanto no lo hare.

A mi edad puedo decir que yo y Elena gozamos de muy buena salud, nos cuidamos con la alimentación, nos gusta salir a caminar y nunca falta un vasito de vino tinto al almuerzo, Elena es una excelente cocinera y yo soy el encargado de las compras, tenemos un muy buen negocio cercano a nuestra casa, acostumbro todos los días a las cuatro de la tarde ir por unos pancitos calentitos que a Elena le gustan con mantequilla, fue en ese lugar que un día al salir con la bolsa del pan me sucedió algo que nunca había experimentado, no sabía dónde estaba, un frio recorrió mi cuerpo luego un calor, por un momento fue imposible encontrar el camino de vuelta a casa, fue una sensación muy extraña que creo supe controlar, no sé exactamente el tiempo que transcurrió pero si me di cuenta que los pancitos ya no estaban calentitos como de costumbre, poco a poco fui reconociendo el lugar y caminando lentamente hice el regreso a casa, pensando que esto no me sucedería nuevamente decidí no contarle a Elena lo sucedido quien al verme hizo un comentario por mi demora, pasaron algunos días y lo sucedido ese día estaba en el olvido, que equivocado estaba al pensar que nunca más me sucedería nuevamente.
Las noticias no son muy alentadoras, muchas personas contagiadas y son muchos los fallecidos, todo sigue normal en casa, Elena en la cocina por la mañana y por la tarde viendo sus telenovelas, yo dedicado a escribir mis cuentos y relatos. Algo extraño he notado con Elena, veo que me observa con mucha atención, la compra del pan ahora la hacemos los dos, por alguna razón decidió acompañarme todos los días a las cuatro de la tarde, me he preguntado muchas veces que estaría sucediendo, pensando que sería algo temporario decidí no preguntar, pero definitivamente algo estaba sucediendo, el silencio de Elena me preocupaba, su mirada era diferente, me seguía para todos lados, un día sentí algo extraño, estando en cama con Elena tuve la necesidad de ir al baño y no sabía dónde estaba, recordé ese día saliendo de la panadería con los pancitos calentitos me sentí totalmente perdido, Elena al ver lo que me estaba sucediendo se acercó a mí y me abrazo, la vi llorar, nos abrazamos, fue un abrazo que nos unió como si fuéramos una sola persona, me tomo de la mano y me acompaño al baño, cuando abrí la puerta para volver a la cama ahí estaba esperándome, nos miramos, vi sus lágrimas, esa noche dormimos abrazados, no fue fácil para mi conciliar el sueño, estaba muy confundido, que me está pasando me pregunte repetidamente. Al despertar vi que Elena ya estaba en la cocina preparando el desayuno, me acerque a ella y en silencio le di un beso, su cara no era la misma de siempre, de pronto me tomo la mano y me dijo cuanto me amaba, cuanto nos queríamos, termino recordándome que ella estaría junto a mí siempre, le respondí con una sonrisa, sentí ganas de abrazarla pero fui interrumpido cuando ella me dice que tenemos un problema y que es necesario visitar un médico, que podía decir yo, le tome la mano y le di las gracias, en ese momento yo estaba muy bien, consiente de todo lo que estaba pasando pero no podía negar que habían momentos que me sentía perdido.

Han pasado algunos días de lo sucedido esa noche, ayer fuimos al médico y me hicieron algunos exámenes, muchas preguntas que no supe responder, seguramente fue por lo nervioso que me sentía, también me hicieron un escáner, los resultados estarán listos el………… bueno Elena sabe cuándo, yo sigo escribiendo ahora con la ayuda de Elena, ella está junto a mi gran parte del día, siempre vigilándome, muy atenta a todo lo que hago, que suerte tengo de estar casado con Elena.
Hoy estamos citados a la clínica donde me hicieron los exámenes, Elena esta algo nerviosa, yo no sé cómo estoy pero al ver a Elena también me preocupo, bueno, eso creo yo, ya en la clínica nos hacen esperar, tomados de la mano nos miramos y sonreímos, escucho que llaman a alguien y Elena me levanta del asiento diciendo que me están llamando, ya sentados frente al doctor nos hace varias preguntas que Elena contesta, cuantos años de casado, cuántos hijos tenemos, si tenemos nietos, escuche a Elena decir que estamos casados 43 años, que tenemos dos hijos, Jorge y Ángela tres nietos, luego tomo unos papeles nos miró y nos advirtió que las noticias no eran muy buenas, su voz fue desapareciendo poco a poco, me sentí algo perdido, quería levantarme y salir de ahí, finalmente se despidió de Elena y creo que me dio la mano, no lo recuerdo, volvimos a casa en silencio, una vez en casa nos sentamos y Elena me explico que me estaba pasando, tenía principio de Alzheimer, la vi muy nerviosa, vi sus lágrimas, quise reaccionar pero la verdad no entendía mucho lo que estaba sucediendo, aun no es tan grave el no recordar, tengo mis momentos de olvido pero si me doy cuenta que se está agravando, cuando estoy bien aprovecho de escribir y con la ayuda de Elena será posible terminar este cuento.
Ha pasado un tiempo y ya se me está haciendo muy difícil escribir, es terrible sentirse así, ya son muchas cosas que no puedo hacerlas solo, Elena siempre junto a mí, siento que está sola, que estamos solos, la he visto buscar ayuda y no hemos tenido respuestas, aun siento mi amor hacia ella, su sonrisa, su cara, sus abrazos aún están junto a mí, los momentos que se quiénes son más escasos, tengo mucho miedo de olvidarla, de no reconocerla, si estoy seguro que ella estará junto a mí.





Carlos Latorre Gutierrez       es un actor de teatro y dramaturgo chileno de 75 años, ha incursionado en el cine y en videos promocionales, actualmente se encuentra retirado de las tablas y dedica su tiempo escribiendo cuentos y relatos para convocatorias literarias.

ILUSTRACIONES: La imágen ha sido remitida por el autor de la obra.

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