Siete habitantes de la Atlántida salen a pasear: un poeta, un pintor, un sacerdote, un bandido, un usurero, un enamorado y un pensador. Llegan a una gruta. “¡Qué lugar más propicio para la inspiración!”, exclama el poeta. “¡Qué espléndido tema para un cuadro!”, dice el pintor. “¡Qué rincón favorable para rezar!”, salmodia el sacerdote. “¡Qué ubicación soñada para un escondite”!, declara el bandido. “¡Es una soberbia caja fuerte!”, murmura el usurero. “¡Qué
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Tres minicuentos de Costas Axelos
La muerte
Una vez un mandarín chino propuso esta medida al gobernador de una provincia, quien no tardó en adoptarla. En el momento en que la víctima debía posar la cabeza sobre el taco para que el verdugo se la pudiese cortar, un caballero engalanado llegaba al galope y exclamaba: ¡Deténganse! ¡El Sire ha concedido su gracia al condenado a muerte! En ese instante de euforia suprema, el verdugo
«Las voces del silencio» y «El amor», dos minicuentos de Costas Axelos
Por fin la energía atómica se ha liberado y ha destruido toda vida humana sobre el planeta. Solo se ha escapado un habitante de un rascacielos de Chicago. Después de haber comido y bebido todo lo que tenía en su heladera, leído, visto, mirado y escuchado su biblioteca ideal, su museo imaginario y su discoteca real, desesperado al ver que no se moría, decide suprimirse y se tira al vacío desde el piso cuarenta.
Poetas griegos: Giòrgos Vafòpulos, Dinos Christianopulos, Yannis Kondos
Giòrgos Vafòpulos (1903-1996)
Edificio
En este edificio nuestros muertos
no se limitan a roncar. Tienen el privilegio
de renacer, de amar y de volver a morir.
Cada tarde suben en el ascensor, como los justos
suben camino del juicio ante Dios.
Y cada mañana bajan de nuevo, a incinerarse
en el horno de la caldera del edificio.
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