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Desde Ciudad de Guatemala: Memorias de una (No Solicitada) Existencia, por Ernesto Rodríguez

Persona solitaria con paraguas camina por una calle mojada en Ciudad de Guatemala, entre edificios antiguos y neones, bajo una atmósfera melancólica.

-Justo acaba de caer rendido por el sueño, al apagar todas las defensas conscientes del cerebro, es mi turno de emerger como el aspecto inconsciente de la existencia. Como lo dicta la naturaleza de mi percepción cognitiva que se esconde hasta poder emerger en el velo de la noche, poseedora de la capacidad de ser consciente de su propia existencia, y con el sello personal de tener la obsesión de sobre analizar en infinidad de oportunidades todo hecho que pudiera dejar una impresión digna de mención en mi memoria.

'No te apresures en llegar a la torre de Londres porque la torre de Londres no es el Big Ben', relatos de Eugenia Gallardo

No te apresures en llegar a la torre de Londres porque la torre de Londres no es el Big Ben', relatos de Eugenia Gallardo (fragmentos)

No es fácil asesinar a la fantasía. Lo intentaron monjas construyendo internados de dos pisos. Lo pretendieron tías evangelizando sobrinas en las montañas cuchuma-tanas. Probaron hombres fornidos, de labios carnosos y manos suaves. Países de todo el planeta aprendieron a lanzar cantos de sirena para ensordecerla al menos ya que se negaba a morir. Por algún tiempo la adormeció la hipnosis. En otro momento se dejó engañar por un diván negro, un viejo preguntón y un libro de notas.

«Vacio», un relato de José Alfredo Baten

Oigo como ríen, como cuchichean los comensales de la calle que transito, nostálgico; con un agujero en el pecho por la bala de tu ausencia. 
Arrastran mis pies mis penas, mi vergüenza, mi fatalidad; hoy es una copia de ayer, y hoy la intuición de mañana. 
Me pesa la existencia. Me ahoga el nudo de tus dedos en otro cuerpo. Tu sexo sin mi sexo; la

«Ser inmigrante», un texto de Alina Kummerfeldt

Ser inmigrante significa tener un corazón doble, un corazón dividido en dos o un corazón multiplicado. La mente construye un limbo, cuando una está en el país de origen, hace falta emigrar y cuando una es extranjera, hace falta el color de los alimentos, las iniciales formas de la tierra, la melodía de los modismos, las especias, el eterno horizonte del volcán y de la gente que creció

'Ël', relato de Andrea Solares

Esta es una narración cualquiera, con argumentos como cualquiera, pero con algo que quizá no tenga ninguna otra historia, o quizás sí. Es algo que desconozco, hace un par de semanas que deje de preguntármelo, ya no me pregunto nada. Ya no me importa nada, ni el sol en el alto cielo, ni la posibilidad de los abismo infernales, total, ya vi en este mundo lo que tenía que ver, mi tiempo y mi oxigeno se agotan. Esta es mi carta de despedida.

'La niña que no tuve', relato de Rodrigo Rey Rosa


A los ocho años, había sido condenada a muerte. Una extraña enfer­medad, cuyo nombre no quiero repetir, la disolvería en menos de ciento veinte días, según varios doctores. El médico que me dio las malas nuevas lo hizo cuan humanamente pudo, pero eso no bastó. Tuvo que ser cruel, con la crueldad particular que se desarrolla en esa profesión. Le pedí que describiera las etapas de la enfermedad, y él

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