uno se va a morir a solas a solas en lo oscuro
lejos de lo que uno fue o creyó ser
uno se muere entre los sentimientos más simples
en la sorpresa enorme de estarse muriendo
uno se hace un hueco en la oscuridad
y se echa ahí como un animal.
uno se va a morir a solas a solas en lo oscuro
lejos de lo que uno fue o creyó ser
uno se muere entre los sentimientos más simples
en la sorpresa enorme de estarse muriendo
uno se hace un hueco en la oscuridad
y se echa ahí como un animal.
En el contexto de la Crisis de 1929, conocida como la Gran Depresión, la peor crisis económica por la que ha pasado Estados Unidos, es decir, durante este importante proceso social del siglo XX como marco histórico, se desarrolla la historia del pueblo de Dogville en la película del director y guionista Lars von Trier y que tiene por título el mismo nombre del lugar donde suceden los hechos que reseño enseguida: donde termina el camino junto a una vieja mina
No sabías
pero te seguí con la exactitud de una hereje.
Era mi castigo y mi credo
el latido que dejabas olvidado en los papeles.
Te miraba como quién contempla
la página arrancada del infierno,
no por temor sino por la promesa de que dolerías.
Esta mujer (preciosa), posee todo para considerarla una amante perfecta, y no me refiero solamente a su suculento cuerpo, que volvería loco de amor, a cualquier enamorado. Dueña de unos pechos, perfectos, consistentes, blancos, con pezones rosáceos, y de donde brota leche materna, cual manantial de milagros eróticos. De piernas tan agraciadas, bien torneadas, exquisitas, y de una longitud ideal, para cruzarlas, y enseñarlas como muestra de la sensualidad total.
En entrevista para Cronorock, medio independiente que aborda bandas y artistas de rock y géneros derivados de este, en específico, propuestas mexicanas que están haciendo música interesante, Andrés Haro cuenta que, tras haber coincidido en la revista Galimatías, en Guadalajara, con Julio Haro, fundadores los dos de la banda El Personal, en los inicios de la agrupación, este “... no era músico, ni tampoco era mi hermano, …
Es la incertidumbre la que nos hace dañover la desesperación en ti y en los otrosla vida es lucha y derrotaLa espera de un momento exactotocar fondoEsta aflicción exige sentirseEl dolor se hereda.Al final uno buscael sitio que menos le dueleves que las cosas se consumencomo la vida pasa frente a ticomo tú cuerpopoco a pocoentra en desuso
Se fue apagando cuando dejó de creer en mí(al igual que todos los demás).El doctor dijo que no quedaba nada por hacer.Nunca lo hubo.En el velorio nadie lloró.Sigo aquíMe voy a cobijar con las sábanas del SEMEFO,estoy quebrado, cariño,todos mis amigosimaginarios que aún no mueren desobredosis intencional
En esta ciudad huele a muerte,todos están muertos, pero no lo saben aún,son cadáveres usurpando el aire de los vivos,los que temen denunciar están muertos,los que voltean a otro lado están muertos,los que fueron a votar están muertos,los que dicen no es mi pedo están muertos,los que piensan se lo merecen están muertos,los que dicen yo jamás me enteré están muertos.
Higos que caen y se abren la cabeza.Cuerpos desnudos que son palmeras ebrias.Granadas abiertas de piernas menstruantes.Ojos brunos que lloran lagunas.Cabellos más negros que la maldita oscuridad.Mojada el alma, busca refugio en un cuerpo vacío.Campana que se ha quedado muda, tiene fiebre.Aves que caen muertas a millares, el viento ha fenecido.Lluvia de cocos.
En el centro hay una cruz,rayo tenaz en la penumbra,polvareda simiente de las cicatrices.La mujer apaga el interruptory el tren se detiene,lluvia de pétalos durante todo el año,rieles en su pecho estremecidos.Buzón lleno en la flor del laberintoy ningún cartero vivo que busquelas piedras insulares en la corriente.Las casas, jeroglíficas asunciones,brazos de espada rota combatientes,
Alguien me dijoque los ángeles estaban cantando;sentí todo más pesado de lo usual,como si la muertepasara a darme su mano...Siempre tratando de sujetarmeen un estado de tibieza,en una atmósfera de estrellas,tan solo para no romperme de nuevo...
IILos momentos de la nocheme suscriben a tu almacon la frecuenciadel silencio.
De sus pechos salía niebla que escapa.Era un fruto dulce y adictivo.No una mandarina.No un higo.Dos toronjas dulces y ácidas, según la pasión.Pulpa que maravilla.Color rosado.Jugo que embruja.Olor que hace latir el corazón.
Un oasis en el desierto de los hombres.Su saliva el mar que refresca.
Ella sentada, afuera de su Palacio de Madera, de una colonia marginal, siempre me esperaba, cuando por el camino sinuoso, daba tumbos y vuelcos, buscando en sus brazos la hoguera anhelada...Ella vestida en bata raída, donde mostraba un poco del corpiño y bragas, se acomodaba en una silla desvencijada, abierta de piernas, y fumando, me evocaba, al mismo tiempo que pasaba su lengua de gata sobre sus labios púrpura.
En En Vindicación del Caos, Alberto Jiménez Ure enfrenta la naturaleza al hombre destructivo. Sus versos muestran un universo donde el orde...