Para una vez que ligaba en meses lo hacía con una puta: no sabía si era mala suerte o una jodida bendición caída del cielo a deshora. Mientras me decidía ella quiso sacarme de dudas lanzándome la sonrisa cautivadora de una araña hambrienta en paz con el destino sabedora de que el porvenir sería provechoso. Era evidente que ella tenía hambre y yo, en cambio, tenía una sed tremenda; era tan sencillo como esto o más complicado porque tenía entendido que los hambrientos y lo sedientos no se llevaban muy bien en ninguna parte, pero no quise pensar en ello; porque no podía
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"Caen Rosas: Un Cuento de David Crauley desde Sevilla"
Te lo aseguro: he visto un ángel, y ahora no sé si fiarme. Te lo garantizo: me gustaría darle las espaldas y salir corriendo por la calle de los tranvías amarillos. Y, sin embargo, enciendo otro cigarrillo, me abro un estigma en cada mano, me acomodo en esta pecera de rosas, sangro por fuera y lloro por dentro y miro la hora y pienso que algo extraño ha sucedido en el piso de arriba y que la ciudad entera ha desaparecido y que me he quedado solo, absolutamente solo. Y, sin embargo, no dejo de escuchar su voz. Después un silencio, un trago de cerveza. Y, de nuevo, su voz donde
Desde Sevilla: ”Kali yuga» y «Qué frio es tu espejo», dos relatos de David Crauley
Desde Sevilla: Kali Yuga y Qué frío es tu espejo, dos relatos de David Crauley que exploran la desilusión, el deseo y la soledad en un mundo herido. El primero retrata una ciudad decadente donde los hombres buscan sexo como escape, sin lograr redención. El segundo es un monólogo sombrío sobre el amor, la locura y el vacío interior.
Desde España: «He sonreído», un relato de David Crauley
He sonreído como dictaste. Aún no sé si lo hice para ti o contra mí, pero fue una sonrisa honesta y llena, mientras duró. Sé que tracé un nuevo sino sobre algún astro lejano que se regocijó. También él supo que estuve en ti. A veces conmuevo el cielo, a veces soy mucho mejor enemigo de mí mismo si huelo tus raíces.
Estar en ti, estar dentro de ti, estar conmigo cuando me pierdo en ti, recuperarme en ti: son las mejores maneras de olvidar todo lo que ladra y estalla allá afuera donde, ni tú ni yo, somos lo que amamos, sino lo que silenciamos confundidos en la masa de los que tampoco son lo que aman, sino lo que enmudecen entre una
Desde Sevilla: «Gozosos y sufrientes», un relato de David Crauley
Son dos mundos diferentes; uno sufre, otro goza dentro, muy dentro. Son dos mundos muy distintos como lo eres tú, aunque, en el fondo, créeme, no son tan diferentes. Se componen de cielos, nubes, escaparates y hasta de un montón de ceros y unos como cualquier otro mundo. Son dos mundos pequeños que se tocan y se aman, precisamente porque uno sufre y el otro goza. Y es necesario que uno sufra y el otro goce, porque así todo tiene un sentido para los que allí dentro sufren y para los que allí dentro gozan, que nunca gozan lo suficiente porque los sufrientes nunca sufren lo suficiente.
Ahora dirás que lo que te cuento de ningún modo es cierto y, sin embargo, es tan cierto como que
Desde Sevilla: «Niños sin corazón», un relato de David Crauley
Eran tíos extraños; al atardecer se sentaban en una silla eléctrica y esperaban que sucediera, pero la electricidad no corría y la muerte pasaba de largo, no se fiaba de los tíos que se sentaban al atardecer en una silla eléctrica a esperar que todo dejara de doler más de lo que dolían mil voltios de golpe sin vuelta atrás: nunca más volvería a doler, creían aquellos condenados. Podía ser, hasta podía ser que, justo en el momento de no volver atrás, cuando mil chispas les empujaran hacía adelante o hacia afuera de las heridas, los colores del arcoíris se solidificaran como gemas preciosas en el cielo carmesí de los extraños soñadores del éxtasis eléctrico, pero ya no habría vuelta atrás, los colores también morían, sobre todo los colores del éxtasis.
Desde Sevilla: «Alas», un relato de David Crauley
El mundo podría ser mil cosas distintas, pero sin embargo es una sola; es lo que tienes delante y no puedes hacer nada para cambiarlo. Sueña que vas más rápido, sueña que eres más fuerte, sueña con todos los ángeles, y después sueña con ella; al final, incluso si el jodido mundo deja de girar, soñarás que estás dentro de ella y todo será mucho mejor.
No lo creerás, dirás que es imposible, dirás que eso jamás pudo suceder; pero anoche me
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