Alas de color oscuro con múltiples rayas naranjas, rojas y blancas, dóciles de hábitos nocturnos, en busca de la eclosión del primer estadio. Etapas de muda y desprendimiento de piel, como el poema, como la vida: desde el minúsculo paso hasta el despliegue que marca las distancias. En «Poemas de una polilla», Marisol Santiago, hila un tipo de seda, que crea a partir de la fragmentación.
La niñez, la enfermedad y el desamor se funden para dar lugar a un sueño donde pueda encontrarse y sentirse refugiada.
Es su camino el camino a un territorio menos umbroso. Un lugar en el que se desprende de los vendajes y logra elevarse para contemplar su paso. Hay un antes y un después, un punto de referencia: “Por nanas y cuentos de terror / mi piel llagada penetras con tu sal / entre las olas. / Golpeas, solitaria, libertad, contra las rocas. // Me quiebras, / como hombre acostumbrado a los halagos, / que, por tantos amores, / ya con pocos te sorprende. // Me alejo / y susurras mentiras. // A tu orilla vuelvo, herida / y tu espuma me arrastra / y tu corriente me adentra / hacia ese fondo, / temida y adorada suerte" (Mar herido).
Recorrido que en su ambivalencia apunta, agrede y sana, cuando la autora reviste su amor con una presencia inspiradora: “Mi hija respira tranquila, arropada por un feliz sueño. / Me siento junto a ella y, antes de pronunciar su nombre, / mi alma sonríe, dichosa" (Mañana de lunes).
Existen largas instancias para que las alas adopten firmeza, rigidez, para que la poesía se convierta en nexo y los primeros desenlaces sean una gran obra, ese es el caso de «Poemas de una polilla»: fenómenos, obsequios, enfermedad, amor, luminiscencias para sortear el horror inicial enmarcado desde la ensoñación infantil. Un desdoblamiento lleva a otro: la multiplicación reside ya no en el (ahora) estriba en el desarrollo del yo.
"La muerte me ha ofrecido lo que la vida jamás me ofreció, / Siéntate sobre mi losa esta noche. / Permíteme que contemple la luna en el resplandor de tus lágrimas" (Su sepultura).
Marisol Santiago (Madrid, 1981). Es actriz y poeta. De familia de sanitarios, profesores, músicos y escritores, inicia su carrera como actriz de teatro a los dieciséis años. Siete años después, se ve obligada a retirarse. Profundamente influida por el amor que se le profesa a la literatura y a la música en su hogar, decide entonces dedicarse a la escritura, en especial, a la poesía y a su estudio.
Participa activamente en eventos y recitales poéticos, ha escrito para varias revistas literarias como Tinta en la medianoche o Aquarellen y fue seleccionada para formar parte de varias antologías poéticas como Versos desde el corazón III (2017), Tragedias poéticas III (2018), Versos en el aire VIII (2018), Luz de luna IV (2018).
Hace poco, en octubre pasado, publicó su primer poemario, Poemas de una polilla (2021), a través de Ediciones Vitruvio. Actualmente, se encuentra terminando su segundo libro de poemas.
Entrevista | Marisol Santiago, poeta. «Las metáforas nos esconden. Son el escudo de los tímidos y la estrategia del caradura». Esther Peñas / Madrid.
Presentación de Poemas de una polilla
de Marisol Santiago, por Pablo Méndez
Mar herido - Marisol Santiago
* Juan Carlos Vásquez, dirige y edita Herederos del Kaos
Maravillosa, tierna, entrañable, real y dura a la vez. Marisol Santiago, una gran revelación.
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