Sangre cobarde, ve, ve sangre cobardellévate las manos a la boca y dile que la quiereshiérete, laméntate, inúndate los ojos de azufredesintégrateve y póstrate ante ella, no hay nada que hacerlame la madera que la tienecómete el vacío de sus labioshíncate, sangre cobarde, vuélvete perrodebajo de su cama lame el polvosaca tu lengua hurga en las esquinas los recuerdosquémate las manos lentamente, hasta que no sientas más dolor que la misma palabra "dolor" que lo contienehazte Salomón y Helena y Juanapesadumbre y pordiosero sin almaensúciate de moscas, hazte trompocórtate los ojos, acábate de llantocórtate la lengua hazte dementeponle el corazón sobre sus pies y cobíjalano dejes que la luna la vea ni las nubesve sangre cobarde y díselodile que la quieres que siempre la has queridove y dile, sangre perra, ve y díselove, ¡maldita sangre envenenada, ve!dile que la quierestodavíasiempreaunque ahora esté sorda y fría y muertave y dilepor favor, vesangre cobarde.PERDÓNQue por menor mal a mí me llamen solo maloque sin la menor piedad me extirpen la piel, la piel, luego las manosque me borren de los libros donde estamoslos que no pueden nombrarse ni siquiera como humanosque me quemen, que me olviden¡que por menos mal me nombren un tirano!que jamás vuelvan a nombrar mi nombre escualoque por todos mis pecados no merezco ser nombradopor la lengua del amor, por el roce de una flor que amé en veranoy que la tierra, vasta y fresca, mi verdugo ahora mi amome acurruque, y purifique mientras yo ahí me deshagode los males de las penas, de la vida, del pesar que traen los añosya olvidado para siempre, ya callado para siempre: perdonado.
Abdon Alan Carrillo Sarmiento. Vicente Guerrero, Durango. 35 años.
Photo by Alexander Mils on Unplash (public domain).
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