En 1903 Henri Poincaré postulaba acerca de lo aleatorio en los siguientes términos: "El azar no es más que la medida de la ignorancia del hombre". Felizmente azaroso fue el azar que hizo que dijera dicha máxima en un momento revulsivo como fueron los primeros años del siglo pasado y no unos siglos antes durante la Santa Inquisición francesa, y que además haya nacido en Nancy y no más al sur, en ese caso no hubiese podido ni siquiera balbucear la palabra ‘azar’ que ya lo habrían incinerado para que dejase de pensar cosas raras.
Inmerso en el positivismo tardío, de pronto, el matemático reconoció lo inaprensible que nacía con el siglo XX y se manifestaba como alteraciones que escapan a las predicciones como arena entre los dedos. De esa manera constataba la existencia de innumerables fenómenos que no eran completamente aleatorios, sino que simplemente no respondían a una dinámica lineal, aquellos a los que, pequeños cambios en las condiciones iniciales, conducían a enormes cambios en el resultado. Esta afirmación, además, está directamente relacionada con las variables ocultas y su posterior teorización matemática, en la que mi ignorancia no me permite adentrar en ese campo dificultoso. De ese modo comenzó la búsqueda de leyes que gobernaran los sistemas desconocidos, tales como "el clima, la sangre cuando fluye en diferentes momentos a través del corazón, las turbulencias, las formaciones geológicas, los atascos de vehículos, las epidemias, la bolsa o la forma en que las flores florecen en un prado.” O el vuelo de los pájaros cuando se avecina la tormenta, complementaría.
Tomo lo de Poincaré y me atrevo a subrayar las epidemias como tema actual que nos agobia.
Pero también ‘la variación del flujo sanguíneo a través del corazón’ y la mirada del poeta en la expresión ‘la forma en que las flores florecen en un prado’. Son palabras del genio de Poincaré. El azar existe, está en todos lados y, desde el punto de vista matemático, resulta no solo por definición impredecible e imposible de saber por qué se nace (la genética es de por sí tan microscópica que si uno sale de noche y mira el cielo estrellado y la luna sobre el mar, la genética y con ella toda la ciencia parecen intentos mediocres que hacen dudar que el hombre sea un ser privilegiado). Imposible saber por qué día a día uno sigue viviendo (la posibilidad de tansformación en polvo pende sobre nuestras cabezas como en la leyenda de Damocles, hipótesis descabellada que el miedo no nos permite pensar a menudo).
Muchos se han preguntado cómo es posible que podamos recordar el día de ayer, (la investigación internacional y progresiva aceleró la evolución de las neurociencias con descubrimientos de nuevos neurotransmisores y ciclos de retroalimentación positiva y, o, negativa en las redes neuronales que, actuando al máximo, solo agregan especulaciones. Intentos loables por responder, solo suman preguntas). Más allá de una mínima definición del aquí y ahora, nadie sabe qué es realmente la conciencia. Tampoco cómo es posible que pocas horas después implantado en la mucosa uterina, en el centro de ese grupo de células que llamamos embrión, aparezca un esbozo de corazón latiendo desesperadamente.
Una foto muestra un instante, demuestra que allí estuvimos, lo que hicimos hace treinta o más años. Abundan las hipótesis sobre el origen del lenguaje, del por qué necesitamos formar esas uniones llamadas ‘sociedades’, se han escrito muchos libros y al fin de cuentas todos dicen cosas parecidas: la agricultura, la sobrevivencia, la necesidad de comunicación y el cuidado, reunidos en torno al fuego para dar inicio a las primeras preguntas filosóficas, contarnos historias imaginarias, estados anímicos o simplemente mirarnos a la cara.
Mucho se ha dicho y estudiado sobre los sueños, ( antes, durante la vida de Freud, después del vienés) pero hasta el momento nadie supo decirme por qué sueño mundos imposibles e inexistentes. Mucho menos por qué el hombre necesita escribir artículos como este. Tampoco nadie explica la causa o factores por los cuales uno es así y no de otra manera, viviendo en otro lugar o en otra época impensable para nuestra racionalidad.
Este cúmulo de preguntas generan otras, y la cadena de interrogantes impresiona no tener fin.
No se si estremecerme o brindar por este inconsciente cósmico, huidizo e incomprensible y nosotros aquí pensando en pronósticos de todo tipo sin darnos cuenta que vivimos en un lugar cerrado, que por más que no queramos, los cambios sin control nos rodean y viven dentro nuestro. Y que al fin de cuentas, pertenecemos al inconsciente cósmico.
Pablo Helvecio Scasso Rossi.
Actividades literarias:
He concurrido a talleres literarios desde 1984, en especial con la profesora y escritora Dina Díaz Maynard.
Socio de la Casa de Escritores del Uruguay desde 2012.
Asistencia a lectura de textos en el ámbito de actividades cotidianas de Casa de
los escritores.
He ganado premios en concursos literarios en varias ocasiones en SMU ( cuento,
poesía y ensayo).
Obtuve mención honorífica en el concurso literario 2001 en la Intendencia de Montevideo.
He salido finalista en los concursos de cuentos La Felguera 2003 y concurso
Constanti en el 2006, ambos en España.
Socio fundador de SUMES en junio de 2017 (Sociedad uruguaya de médicos
escritores). Desde entonces miembro de la Comisión directiva de esa entidad.
Encargado de la Comisión de Cultura del SMU ( Sindicato médico del Uruguay)
de 1998 a 2003.
Asistencia bisemanal ( marzo a noviembre) en los años 2015 y 2017 y 2019 a Seminarios
de literatura francesa del siglo XlX impartidos por la doctora en letras, profesora Alma Bolon en Facultad de Humanidades de la Universidad de la República. Durante el 2020 asistí vía Zoom a curso dictado por la profesora Alma Bolon.
Di una conferencia sobre “ La contingencia en la literatura” en Centro Cultural Pareja
de la ciudad de Las Piedras, abril de 2017.
Di una conferencia “Realidad e irrealidad en la literatura”, marzo de 2018, ciudad de
Las Piedras (Canelones) .
Obtuve el 1er premio en poesía en el certamen literario del SMU y mención honorífica en cuento de dicho certamen del 2020.
Publicaciones individuales:
La mirada del espejo, narrativa, 2003, ediciones Letradura, Montevideo.
La sospecha perpetua, narrativa, 2010, ediciones Letradura, Montevideo.
La asimetría de los perros. Historias del Vilardebó, 2013, ediciones Letradura. Montevideo.
libros inéditos de cuentos, poesía y tres novelas.
Ediciones compartidas:
Sumarios de concursos literarios del SMU, en la década del '90 y en la década del '00, SMU, Montevideo.
Muestra de la narrativa uruguaya, 1998, ediciones Melibea, Montevideo.
Trentacuentos, 2010, editorial Casaabierta, Palma de Mallorca.
Integro el libro “Médicos con pluma”, 2018, Rumbo Editorial, Montevideo.
XX Congreso de médicos escritores, 2018, Impresora La discusión, Chillán, Chile.
“Ser en las huellas” (selección a cargo de Sylvia Puentes de Oyenard), 2018, ediciones Cruz del Sur, Montevideo.
1er Congreso Internacional y 3er Encuentro Nacional de Médicos Escritores del Uruguay, 2020, Tradinco S A. Ediciones. Montevideo.
“Querencias” (selección a cargo de Sylvia Puentes de Oyenard), 2020, ediciones Cruz del Sur, Montevideo.
Email : pascasso@gmail.com
Photo by DODJI DJIBOM on Unsplash (public domain).
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