Nunca hubo un exterminio tan bárbaro en la historia de Venezuela como el diseñado por el chavismo en los años 2016/2017, similar al Holodomor, el programa diseñado por el estado soviético contra los campesinos ucranianos, que costó entre 7 y 10 millones de vidas inocentes. - Francisco Rodríguez.
En aquellos tiempos de escasez, nuestra dieta se limitaba a yuca, auyama, sardinas y mango para sobrevivir. Todos en casa perdimos peso. Las calles también estaban llenas de personas hambrientas, tristes, en modo automático. Uno de mis hermanos no superó la mezcla de trabajo duro y falta de comida y falleció en 2019 de pancitopenia a la edad de 47 años. - María Almenar.
Ese año nació mi hijo, pero no pude darle pecho y tuve que alimentarlo con leche de cabra, ya que era lo único que podíamos comprar con el sueldo de profesor de mi esposo. No había medicinas y los bebés suelen enfermarse, lo que aumentó mi angustia. Incluso pasamos una semana sin comer. Fueron los peores años de mi vida, pero agradezco cada minuto que tengo con mi hijo porque me dio la fuerza para seguir adelante. Mucha gente sufrió de la misma manera y se debe castigar a los responsables. - EL.
Tendría que contar cómo tuve que cometer actos ilícitos para poder graduarme, cómo mi ex pareja y yo terminamos nuestra relación debido a la crisis, cómo perdí 30 kg en dos meses porque solo comíamos yuca, y cómo me ofrecieron participar en algo espantoso. Intenté suicidarme y fui activista político encargado de redes en el partido Primero Justicia. Debo señalar que la diputada y el partido para el que trabajaba (no directamente, sino como asistente) me ignoraron, y solo recibí unos pocos mensajes de los concejales. Después de ese episodio, un amigo chavista me dijo que me fuera del pueblo porque estaba "marcado para ser asesinado", así que emigré. Al principio del 2016, trabajando con el partido, tuve la oportunidad de hacer mis pasantías en la Asamblea Nacional, lo cual agradezco enormemente, pero después sufrí de crisis depresivas. Mi grupo se desintegró y le dije adiós a Venezuela.
📷 Minanda Tenías
Aquí estoy trabajando como asistente de fotografía para tomar fotos/vídeos. Estaba en mi peor estado anímico y había perdido peso. Un mes después, intenté quitarme la vida. - Igor.
El árbol de mango de mi casa nunca había dado tantos mangos como en esos años. Casualmente, la mata producía toneladas y teníamos que ponerlos en la ventana para que la gente se los llevara. Todo el barrio logró sobrevivir con eso. Ese árbol nos bendijo. - Angielo.
En el 2016, pasé por una de las peores experiencias de mi vida, aparte de los robos. Los saqueos en Ciudad Bolívar fueron terribles. Recuerdo que en la urbanización donde vivía, todos los vecinos estuvimos tres noches sin dormir y nos turnábamos para cuidar nuestras casas. En el 2017, no fue mejor. Trabajaba como ingeniera y no se conseguía nada de comida. Los obreros solo tenían mangos para comer. A una amiga después de dejarme en mi casa le dispararon para robarle el carro. Son traumas con los que los venezolanos aprendimos a vivir. - Yeesiii.
Recuerdo dos eventos muy duros relacionados con la reventa y el regateo de ese año. Un compañero de trabajo fue a buscar a un mecánico más barato en un barrio y apareció muerto en la autopista. La mamá de un chico que jugaba con mi hijo se encontró con una prima para comprar un saco de harina. - JM.
En el 2016, la empresa transnacional donde trabajaba cerró. Aunque encontré trabajo rápidamente, nunca fue lo mismo. Estaba "bien", haciendo colas, aunque me traumaba ver gente persiguiendo al camión de la basura. Tenía allegados que sobrevivían a base de mango y auyama. En el 2017, asediaron mi edificio. Otros allegados empezaron a enflaquecer muchísimo porque ya no les alcanzaba para comprar proteína. Muchos amigos que todavía quedaban se fueron desesperados. El entorno era muy, pero muy triste y agitado con las protestas. - B.B.
"Un año de mucho aprendizaje en el que pude entender la crianza tan estricta que me dieron mis padres. Aprendimos a salir adelante y a resolver los desafíos de diversas maneras, sin quejarnos y agradeciendo a Dios por las pruebas que enfrentamos. -J"
"Para mí, los últimos 23 años han sido muy difíciles desde que Chávez llegó al poder. En 2016 y 2017, nos resultó difícil conseguir productos básicos como harina de maíz, pan, leche, jabón y detergente, además de tener que lidiar con el racionamiento de agua y luz. Gracias a nuestra tenacidad, previsión, astucia y disciplina como familia, pudimos sobrevivir y no nos faltó nada. Aunque tuvimos una dieta limitada, evitamos la malnutrición y creamos nuestra propia burbuja de protección. En 2016, perdimos a dos familiares y fue muy triste. En 2017, participé en protestas nuevamente y lo peor fue la pérdida de un amigo acuicultor por motivos políticos. Lo asesinó el régimen para quitarle su proyecto de camarones en Coche, lo que me afectó mucho. Además, tuve que lidiar con mi enfermedad autoinmune. Estas líneas son pocas para expresar todo lo que hemos vivido como familia en estos años. No pude irme del país a pesar de tener todo preparado, primero por mi enfermedad y segundo porque no quería dejar a mi familia sola. Fue una decisión muy difícil. - Free zone"
"No quisiera recordar todo lo que hemos vivido, pero lo hemos superado gracias a Dios y a la fuerza que hemos encontrado en nuestra familia. Han habido muchos ángeles que nos han ayudado en el camino y por eso, doy las gracias una y otra vez. - Aries"
"Vendimos todo lo que teníamos para poder comer. Mi hija se desmayó dos veces por la falta de comida y muchas veces fue al colegio con el estómago vacío. Cuando perdí 40 kilos, decidimos vender nuestro apartamento. Nunca antes había tomado una decisión tan importante en mi vida. Gracias a Dios, logramos superar la prueba. - Saúl Morales"
Parecía terrible ver a la gente comiendo de la basura, me dolía en el alma cada vez que iba al súper mercado y quienes estaban a mi lado, que habían hecho filas desde las 4 am no podían llevar todo lo que habían logrado coger... sentia que eso era como una bola de nieve que iba creciendo ¿cuál futuro? Adriana Carvajal.
Mi papá dependía de una bombona de oxígeno y estaba en quimio, tenía epoc y leucemia. En ese entonces no se conseguía ni una caja de Atamel, así que tuvimos que ir a Cúcuta (Colombia) varias veces, por tierra (porque tampoco había vuelos), a comprar todo y traerlo a Caracas refrigerado en una cava... En ese entonces todo estaba bloqueado por las protestas. Muchas veces estuvimos muy asustados por la perdida de la cadena de frío. Una vez me tocó llevar a mi papá desde el apartamento (El Cigarral) hasta Santa Sofía porque tuvo una crisis respiratoria. En la ida no tuvimos inconvenientes porque fuimos temprano, pero el regreso fue un infierno porque todo estaba trancado y teníamos una bombona pequeña para el traslado en el carro que solo duraba dos horas (suficiente para la ida y la vuelta). Llegando a (El Cigarral), por el Farmatodo, empezaron a lanzar lacrimógenas y el humo empezó a afectar a mi papá... me desvíe del camino y entre por un camino empinadísimo que llegaba directo a la redoma. Entrando al estacionamiento mi papá se quedó sin oxígeno y lo tuve que subir casi cargado para pegarlo al concentrador. Varias semanas en lo mismo.
Hospitalizado casi dos meses en la clínica Santa Sofía, hasta que el 10 de julio, día en el que convocaron el trancazo «10x10x10 (10 de julio, desde las 10 am hasta las 10 pm», suben a mi papá a terapia intensiva. Yo estaba en Los Caobos y ya casi llegando, en Chuao, aparece la primera protesta.
Un señor que estaba allí entendió y me liberó el paso. Luego, en el semáforo de Santa Marta, tuve que enfrentar la segunda protesta. En esta, un chico me gritaba en la cara "que el país bla bla bla", que seguro era un chavista de mierda y que no me daría paso. Aceleré y me golpeó el capó con un palo. Quería quemar mi carro (y la verdad es que, en ese punto, no me importaba si lo quemaba. Total, ya podía llegar caminando a la clínica)... A las 2:15 pm murió mi papá.
Tuvimos que quedarnos en la clínica, tragándonos nuestro dolor y sin poder llevarlo a la funeraria hasta la 1 am por el puto trancazo. Mi mamá, mis hermanos y yo lloramos a mi viejo en el cafetín cerrado de la clínica. Y mientras todo esto pasaba, tenía que trabajar en la torre KPMG, desde donde podía ver cómo mataban a los que protestaban en la avenida Francisco De Miranda cuando me asomaba por la ventana. Cuando no estaba destrozado por lo de mi papá, lo estaba por ver cómo reprimían y mataban chicos a solo 30 metros de donde estaba.
Al día siguiente, tuve que encargarme del papeleo y del traslado a Valencia en medio de ese contexto bélico, lo que da para otro texto casi tan horrendo como este. HA.
Hacía largas colas para comprar alimentos, harina y pasta. Lloré tanto que cuando llegué, todo se había acabado, solo pude comprar aceite. Llegué a pesar 50 kilos, parecía un cadáver. Fue entonces cuando decidí irme del país. Han pasado 4 años sin ver a mi mamá, solo nos une el celular. Mercy.
Muchas veces trabajé todo el día sin comer nada. Vendí varias cosas, sobre todo para mantener el tratamiento de hipertensión de mi viejita y para que ella comiera mejor. Perdí 23 kg, casi toda mi ropa y la fe en salir de estos delincuentes sin tener la oportunidad de emigrar. JJ.
Llegué a pesar 42 kilos. No tenía un trabajo fijo y tanto mis padres como yo sufríamos de hambre, comiendo solo los mangos de nuestro árbol. El 8 de agosto de 2016, jamás lo olvidaré, pues comimos entre tres personas el último mango del árbol. Ese día maldije (aún más) el chavismo para siempre. Por eso me molesta tanto cuando un comunista europeo habla de las bondades antiimperialistas de Cuba y Venezuela. "Hijos de la gran puta que los parió". Solo alguien que no ha vivido el comunismo puede ser comunista. Beatriz Chavarri.
Solo comía una vez al día. No debemos olvidar nunca el daño que nos han hecho. YL.
El mismo año, los colectivos del régimen mataron a mi hermano y a mi tío. Duré meses sin querer salir de casa. No me levantaba de la cama más que para lo esencial. Me costó superar aquella tristeza. Antes había luchado con todas mis fuerzas en la calle, haciendo esas largas colas para comprar dos o tres cosas. Pasé tantos días sin comer o comiendo a medias. Yo sabía que no estaban matando de hambre y a tiros para detener las protestas. Julio Benítez.
Perdí 20 kg mientras estudiaba medicina y trabajaba en las noches. Mi pobre madre se secaba en largas filas durante toda la madrugada y el día por dos kilos de harina pan. Me despedí de todos mis amigos. Vi mi ciudad convertirse en una ciudad fantasma. No tenía ni siquiera para comprar zapatos. MM.
Terrible. Recuerdo que estaba en mi último año de rotatorio de enfermería e iba a Maracay a comprar maíz para moler. Hacía colas para conseguir arroz y pan, y prácticamente no había ninguna proteína. El gobierno expropió un terreno de mi familia que había sido suyo durante años. Fui parte de Médicos Sin Fronteras para las protestas de 2016-2017, donde atendimos a bastantes heridos que llevamos a dónde trabajaba por las tardes. Aquellos tiempos fueron terribles. Jamás los olvidaré. En 2017, salí de Venezuela pesando 60 kg. D. Falcon.
Nos saltabamos la cena dos o tres veces a la semana porque no había comida, el concepto de «merienda» desapareció porque era imposible comprar siquiera una galleta, mucho tiempo (creo que un año o más) sin consumir lácteos de forma regular, lentejas en lugar de carne, harina maseca...
Fue una época demasiado ruda económicamente, lo pienso y no sé cómo sobrevivimos. Creo que lo más cruel es que después de pasar tanto trabajo y partirse el lomo, cuando empieza a mejorar tu vida piensas que no lo mereces. Es parte del trauma. Tina.
Mi mamá falleció, tres negocios que eran de mi propiedad quebraron, a veces comía solo una arepa al día, a veces nada, lo poquito que había era para mi chama, perdí mi carro y mi papá comenzó a enfermar. Nunca olvidare esos años. NM.
Fueron años difíciles, en el 2017 mataron a tres de mis amigos en las protestas. Hoy es peor porque nada alcanza, los productos y servicios aumentan y están valorados en dólares, por más que intentes hacer algo es casi imposible cubrir los gastos. Mag.
Horrible. Con decirte que a finales del 2016, el 11 de diciembre, me dio un derrame cerebral por todas las mortificaciones. En 2017 adelgace mucho porque mi salud empezó a quebrantarse aún más, la situación del país empeoraba sin parar. En 2018 emigramos a Rep. Dominicana. Más.
*Este post está abierto a todos aquellos que deseen anexar su historia. Solo tienen que enviarnosla al siguiente correo: jv8984540@gmail.com pedimos brevedad en el relato. Se han suprimido algunos nombres y colocado sus iniciales o seudónimos por seguridad, estás personas aún viven en el país. Son historias reales y están basadas en los nefastos acontecimientos vividos entre los años (2016-2017) en Venezuela, cuando el desabastecimiento y las protestas fueron acompañadas por el terror que ejercían las fuerzas de seguridad contra la población. Mi agradecimiento a todos los que decidieron colaborar. Karin Balou.
- Informe de la Secretaría General de la OEA reafirma crímenes de lesa humanidad en Venezuela. 2 de diciembre de 2020.
Identifica 18.093 ejecuciones extrajudiciales realizadas por fuerzas de seguridad del Estado o colectivos desde 2014.
Identifica 15.501 casos de detención arbitraria u otras instancias de privación severa de libertad desde 2014. Identifica que decenas de millones de personas han sufrido o han sido objeto de lesiones graves debido a la actual crisis humanitaria creada por el régimen. Informe completo.
-Venezuela: Informe de la ONU insta a la rendición de cuentas por crímenes de lesa humanidad.
-Informe 2022 de HRW (Human Rights Watch) señala a Venezuela como uno de los países donde la autocracia ha ido en ascenso (El gobierno de Nicolás Maduro y sus fuerzas de seguridad son responsables de ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas de corta duración y han encarcelado a opositores, juzgado a civiles en tribunales militares, torturado a detenidos y reprimido a manifestantes).
-Venezuela: Nuevo Informe de la Misión de Determinación de los Hechos de Naciones Unidas confirma existencia de impunidad sistémica (Amnistía Internacional).
Human Rights Watch | Venezuela: Ejecuciones extrajudiciales en zonas de bajos recursos | Un patrón de graves abusos policiales que quedan impunes (Cabe destacar que, desde 2016, casi 18.000 personas murieron a manos de las fuerzas de seguridad en Venezuela en situaciones de supuesta “resistencia a la autoridad”.)
-Amnistia Internacional | Venezuela: La principal consideración de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional al abrir una investigación debe ser la justicia oportuna y efectiva para las víctimas.
(En respuesta al anuncio de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) de abrir una investigación sobre crímenes de lesa humanidad cometidos en Venezuela).
ACNUR: Situación de Venezuela. 5,9 millones de personas refugiadas y migrantes de Venezuela en todo el mundo. Más de 850.000 solicitantes de asilo de Venezuela en el mundo. Más de 170.000 refugiados reconocidos procedentes de Venezuela. Más de 2,5 millones de personas viviendo bajo otras formas legales de estadía en las Américas.
Amnistía Internacional | Ejecuciones, desapariciones, tortura: Venezuela y los crímenes de lesa humanidad.
Informe Casla | Así tortura el régimen de Nicolás Maduro bajo la guía de cubanos e iraníes.
Informes y consideraciones oficiales de la Organización de Estados americanos (OEA); Naciones Unidas (UN); Corte Penal Internacional (CPI); Human Rights Watch (HRW; Amnistía Internacional.
La idea de la publicación está inspirada en un tuit del periodista y director de @redesayuda, Melanio Escobar.
Photo by Bakhrom Tursunov on Unsplash (public domain).
Durante el año 2016-17-19 Miles diariamente salían huyendo por la frontera entre Colombia y Venezuela porque el ya comer una vez al día era un lujo, morían de inanición niños, jóvenes y adultos ante los ojos de todo el mundo, mundo que con indiferencia decían "no pasa nada", todo gracias a una complicidad política ideológica que a algunos que enarbolan las banderas de la Libertad olvidaron defenderla por conveniencia partidista, no les importó la vida. Después de Miles de muertes en Venezuela y en las calles de suramerica aún se niegan en hablar de un HOLODOMOR VENEZOLANO.
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