Desde México: 'Memento mori', un cuento del director de la revista 'El Axioma', Ajedsus Balcázar Padilla

Las noches de cacería eran usuales en la Ciudad de la Niebla. Mientras todos intentaban consolar el sueño, los Vigilantes, buscaban perpetuar la paz dentro del caos nocturno.
Formaban parte de la organización Ouroborus. Esta se especializaba en cazar criaturas que entraban a nuestro mundo mediante enigmáticos portales que eran originarios de los míticos mundos de los Siete Peldaños. Macrocosmos conocidos por las culturas más antiguas de la humanidad, algunas razas eran benefactores de conocimientos en magia elemental, pero un considerable porcentaje, procedía de mundos malsanos y malignos; parásitos energéticos que ingresaban a nuestra realidad para implantar caos y destrucción. Ante los innumerables conflictos que ocasionaban, el Vaticano en conjunto con las Órdenes Ocultistas de Omram, dieron lugar a un grupo élite de agentes calificados, para combatir al bestiario de los bajos mundos. 
Aquella noche, un portal cosmogónico se había abierto en los suburbios de Los Cabos. El resultado; toda una manzana poseída por engendros salidos del mundo peldaño de Akeronthia. 
El lugar estaba en penumbras, algunos rayos se estremecían en el cielo y no existía ninguna persona en las calles. 

—Deben estar recluidos en el complejo departamental. Si nos apresuramos podremos impedir una metamorfosis nivel 2 —explicó Alexander a su compañero Sigfrid, el cual era un alto y fornido fauno. De su cabeza salían dos cuernos encorvados y las piernas poseían un abundante pelaje negro y con afiladas pezuñas. 
Los dos ingresaron al edificio y un fuerte aroma a azufre dominaba a todo el interior. 
—Deben ser demonios de clase baja —dijo Sigfrid, al dar una olfateada profunda. 

En las escaleras crecían enredaderas color carmesí y existían rasguños en las paredes. 
Buscaron en la primera planta y no había nadie. Solamente un desorden en las habitaciones. Al subir al tercer piso, se encontraron con dos personas que se desplazaban en el techo. Sus ojos estaban en blanco y de su rostro, saltaban venas negras. 
Cuando los vieron, los dos engendros corrieron amenazantes sobre ellos. 
Los agentes utilizaron bastones electromagnéticos y sometieron sin violentar más a las víctimas. Les inyectaron un potente sedante y con unas cadenas los sujetaron a las escaleras. 
Siguieron subiendo. 

—Pobre gente, no entiendo cómo pueden llegar a sufrir semejante transformación —opinó Alex. 
—Regularmente los demonios, roban las almas y luego dejan parásitos en los cuerpos perpetrados. Más allá de salvarlos, tendrán que ser sometidos a un exorcismo riguroso para regresar a las almas del limbo…

Tras decir aquello, unos feroces gruñidos guturales se escucharon en el último piso. 
Caminaron en silencio y sigilosamente abrieron la putrefacta puerta. Adentro, existía un calor atosigante y entre varios engendros, se encontraba a una criatura infernal; poseía una larga cola y alas cartilaginosas, de su cabeza salían una docena de pequeños cuernos y tenía la piel gris. 
Todos los poseídos, vieron con rabia a los dos agentes. 

—Bienvenidos a mi banquete, señores —habló el demonio mientras acariciaba su cola. 
—Tu fin ha llegado, asqueroso Akerontiano. Tal como hemos hecho con tantos de tu raza, terminarás aniquilado. 
La criatura los observó y empezó a reír. 
—Me impresiona esa seguridad de ustedes los humanos. No respetan a las razas más poderosas —maldijo y escupió sobre un engendro, haciendo que la saliva le quemara la piel—. Pero me dan asco los faunos como tú. No deberían tener cuernos como nosotros. 
Sigfrid golpeó al suelo con fiereza y contestó:
—Y yo desprecio a las criaturas que hacen daño. En la antigüedad, tu raza aniquiló a varios poblados de mi gente. Ese tipo de cosas no se olvidan…

Tras decir eso, el fauno avanzó entre la multitud y se dirigió al demonio gris. Abrió sus manos y dos símbolos mágicos brillaron en sus palmas. 
La criatura se movió rápidamente y atravesó la pared. Saliendo al exterior y volando lejos del complejo. 
Varios engendros intentaron detener al fauno y Alex lo ayudó a despojarse de ellos. Tras someter a los poseídos, inició a colocar pergaminos de exorcismo en cada uno. 

—Avanza con eso, Alexander. Yo atraparé al parásito… 
Sin decir más, Sigfrid saltó sobre varios edificios y alcanzó con velocidad a su presa. 
—¡In momentis inmacularum! — conjuró el fauno y su objetivo fue encapsulado en una esfera de energía. 
—¡Maldito seas! Déjame salir de esta mierda. 
—¡Jamás! Aquí mismo serás eliminado — sentenció Sigfrid.

En aquel instante, sacó sus pergaminos de restricción absoluta y dictando el conjuro de activación, los papeles envolvieron a la criatura luciferina y una luz tan radiante como el propio sol empezó a consumir todo en su interior. 
La bestia se estremeció hasta ser pulverizada por completo. Algunos espectros de almas fueron liberados y se dirigieron hasta sus cuerpos originales.
Cuando llegó el amanecer, todas las personas perpetradas, habían recuperado sus almas. Los equipos de Ouroborus acordonaron al sitio y eliminaron cualquier rastro de la maligna intrusión.








 
Ajedsus Balcázar Padilla (Tuxtla Gutiérrez, México, 1993).  Escritor chiapaneco de ciencia ficción, terror y fantasía. También poeta y compositor. Nació el 29 de Octubre de 1993 en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas y vive actualmente en San Cristóbal de las Casas. Maneja la revista de literatura fantástica «El Axioma» y ha sido publicado en diversas plataformas digitales como; Sexta Formula, Revista Ibidem, Página Salmón, Espejo Humeante, Teresa Magazine, Diablo Negro, Polisemia Revista, El Narratorio,Fanzine Letras Públicas, Revista Poetomanos, Teoría Omicron, Revista Letras y Demonios, Perro Negro de la Calle y participa en Relatos Increíbles No.21, Revista Historias Pulp #5 y Revista Círculo de Lovecraft No.19. Forma parte de la antología “Solar Flare – OVNI” de Editorial Solaris(2020) de Uruguay, “Error-404: Vínculo no encontrado” de Editorial Libre e Independiente(2021), “Deathward" de Editorial Speedwagon Media(2021) de Perú y “Flores que sólo se abren de noche” de Editorial La Tinta del Silencio(2021) de México. Su primer libro se titula “Mis tristes memorias eléctricas” disponible en Amazon. 
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Photo by Daniel Jensen on Unsplash

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