Si tuviera la oportunidad en mi vida de pintar un océano eternoseria sobre nuestra existencia absolutael mar es la fuente de vida de todo ser humanopero dejé de creer en esa teoría cuando te vi por primera vez.Cuando te vi por primera vez, el mundo se detuvomi mente dejó de procesar informacióny el aire no entraba correctamente hacia mis pulmones
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María Belén Martire: Sujeto imaginable | Poesía
Reseña sobre el libro de, John Gray, Filosofía Felina. Los gatos y el sentido de la vida | Por Claudia Fulgencio
El reciente libro Filosofía felina. Los gatos y el sentido de la vida, publicado en México por la Editorial Sexto Piso, (2021); es el nuevo ensayo del escritor británico, John Gray, filósofo y politólogo, uno de los pensadores contemporáneos que ha reflexionado sobre la religión, la utopía, el progreso y el antropocentrismo, con miras a cuestionar al ser humano y cuál es su lugar en el mundo, además, de concebirlo como una especie voraz y aniquiladora del medio ambiente.
Si bien, en su libro Perros de paja, Paidós (2002), el filósofo perfila su crítica contra el antropocentrismo y reflexiona sobre la relación de
José Luis Guerrero Carnicero: El dragón y Jorge | Relato
Jorge tiró suavemente de las riendas de su caballo hasta que este se detuvo totalmente. Se fijó en las ramas chamuscadas de los árboles, y observó que de algunas todavía se desprendían pequeñas, y casi imperceptibles, columnas de humo. El dragón no podía estar muy lejos. Desmontó y amarró el caballo a un árbol, comprobó el estado de la espada que llevaba colgada en su cintura y aferró con fuerza el astil de su lanza para infundirse valor.
No tardó en tener contacto visual con el dragón. Estaba plácidamente tumbado y, aparentemente, distraído.
Se acercó sigilosamente por su espalda y levantó la lanza, la
«Pecado de Avaricia», un cuento de la autora argentina Liliana Fassi
Ya no tiene dudas: todo va a terminar mal. Mejor dicho, todo va a terminar.
Ojalá la noche antes no hubiera salido a hacer su trabajo, pero eso era impensable. Si no hubiera pasado por esa calle, pero era la de los martes y él nunca cambiaba su itinerario, si el auto no hubiera estado esa noche en marcha y con la puerta abierta, si él no hubiera visto lo que había en el asiento del acompañante… si… si… eran demasiados síes; pero ya era tarde.
Una hora atrás, regresaba a su casa con el carrito atado detrás de su bicicleta, esa bicicletita para niños había sido el mejor hallazgo del mes; con las ruedas y unas maderas que había ido llevándose
Desde Gran Canaria: «A pesar de...», un poema de Alexandra
... los años y de los dañosDe las ediciones sin límites y las apuestas a riesgosA pesar de las rutas, las grutas, los laberintos, de volar, involarse y volver a volarA pesar de los sedimentos de la memoria y las asíntotas del tiempoDe la insurrección de los cuerpos con mentes en estado de sitioA pesar de enredarse la cordura infame en cabellos deshilachados por el fríoDe la espalda en pesoDe las caderas al ritmo de piernasDe clavícula en cruz como mejor moneda dando la cara
«Primera mañana de mayo», un texto perteneciente al libro «Vida del Ahorcado» de Pablo Palacios
Ocurre que los hombres, el día una vez terminado, suelen despedirse de parientes y amigos y, aislándose en grandes cubos ad hoc, después de hacer las tinieblas se desnudan, se estiran sobre sus propias espaldas, se cubren con mantas de colores y se quedan ahí sin pensamiento, inmóviles, ciegos, sordos y mudos. Ocurre también generalmente que estos mismos hombres, transcurrido ya cierto tiempo, de improviso se sienten vueltos a la vida y comienzan a moverse y a ver y a oír como desde lejos. Ya cerca, un mínimo número de esos mismos hombres introducen sus pellejos en agua, bufan, tiritan y silban. Luego ocultan todo su cuerpo en telas especiales, dejando fuera
«El Tulpa», un relato psicológico de la escritora mexicana Mariana López Rodríguez
—Las cosas malas nunca te las dicen.
—Lo que les voy a contar no me sucedió a mí, pero si a una amiga. Siempre he pensado que lo más peligroso es la soledad, la cual nos puede llevar a sobrepasar los límites de nuestra propia razón. Existe gente que los vemos tan normales en el exterior, pero tan solos que dan vida a sus máximos compañeros y amigos en forma de Tulpas. Mi amiga sentía tanta soledad que me lo empezó a contar como una opción. Yo le decía como puedes pensar eso, eres joven, bonita, tienes un buen trabajo, no te desesperes pronto llegará. En mi afán de saber lo
«En el lugar equivocado», un relato de Fino Sosa perteneciente al libro «El Gen de la Bestia»
La fiesta había terminado, mi rencor y yo éramos los únicos que permanecíamos despiertos. Por enésima vez me preguntaba que hacia en este lugar. Restos de papel picado, serpentinas y globos desinflados invadían el salón, el caos imperaba en los rincones más improbables. El piso estaba alfombrado por una masa chiclosa de restos de comida y líquidos sospechosos, los cuerpos anestesiados por los vapores de la fiesta yacían semidesnudos y desparramados, cubiertos de cotillón desmembrado. Durante toda la noche los invitados se habían entregado a un festejo sin freno como pocas veces en la vida, si a esto que vivíamos se le
Desde Estados Unidos: una muestra poética de la autora chilena Paula Cucurella
Plegaria al padre enfermoHoy, replicar una sonrisa, mostrar los dientes,dejar un ventileroamarfilado, mientras a la cuna de tierrala boca del estómagoacariado en tintas salivas para regarla mesa donde tardela taza ofreció remanso. Si pongo agua ¿cuántoscuento? Si la preguntallegara a mis labios y tú respondieras, yodescalza llegaríaa colocar otra manta que tus tibias piernasno extrañan y secreta
«Silencio y soledad», un cuento de Neftalí Nava
Tengo años en silencio y pocos meses en soledad. Busco lo insonoro en los rincones de mi casa y en cambio me encuentro con el barullo de la desolación. Mi morada alguna vez fue prolífica en silencio... Pero hay más que el indeleble bullicio de la soledad en mi hogar, estoy yo. Se me olvida que yo existo y que sigo con vida. A veces creo que soy un espejismo insomne de la morada, que soy un fuego fatuo de éter inocuo; un fantasma en pesar. Pero al verme en el espejo, me percato de que soy de carne, y poseo osamenta; que soy humano y que vivo. ¿Por qué vivo? Solamente gastando aire, inventando cuentos mientras rememoro el mutismo del pasado.
Una muestra poética de Andrea Garza
Bestia fabulosaPara A.Recuerdo que erascomo un perro mutilado,te posabas afuera de mi casacon esos ojos que han vistoa la noche devorar al mundoy supe con verte queentre nosotros iba a corrersangre.Y no satisfecha la fierabesa con blanda furiami sacrocoxis ycostillas.
Desde Sevilla: «Niños sin corazón», un relato de David Crauley
Eran tíos extraños; al atardecer se sentaban en una silla eléctrica y esperaban que sucediera, pero la electricidad no corría y la muerte pasaba de largo, no se fiaba de los tíos que se sentaban al atardecer en una silla eléctrica a esperar que todo dejara de doler más de lo que dolían mil voltios de golpe sin vuelta atrás: nunca más volvería a doler, creían aquellos condenados. Podía ser, hasta podía ser que, justo en el momento de no volver atrás, cuando mil chispas les empujaran hacía adelante o hacia afuera de las heridas, los colores del arcoíris se solidificaran como gemas preciosas en el cielo carmesí de los extraños soñadores del éxtasis eléctrico, pero ya no habría vuelta atrás, los colores también morían, sobre todo los colores del éxtasis.
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