Alas de color oscuro con múltiples rayas naranjas, rojas y blancas, dóciles de hábitos nocturnos, en busca de la eclosión del primer estadio. Etapas de muda y desprendimiento de piel, como el poema, como la vida: desde el minúsculo paso hasta el despliegue que marca las distancias. En «Poemas de una polilla», Marisol Santiago, hila un tipo de seda, que crea a partir de la fragmentación.
La niñez, la enfermedad y el desamor se funden para dar lugar a un sueño donde pueda encontrarse y sentirse refugiada.
Es su camino el camino a un territorio menos umbroso. Un