La búsqueda
Marchaba a los tropiezos por la selva, los rayos del sol lastimaban sus ojos; el cansancio y la sed lo vencían, pero la esperanza de encontrarlo aún vivo era más fuerte. En él estaban depositados sus sueños de un mundo justo, de una vida mejor o, al menos, la ilusión de poder alimentar y educar a sus hijos.
De pronto escuchó voces, se ocultó detrás de los árboles y cien metros adelante divisó un precario y viejo caserío; agazapado esperó el momento