No sabía su nombre hasta que me lo escribió. P-I-A. Recuerdo la escena: yo estaba parado debajo de mi sombrilla, ésta debajo de las nubes que empezaban a lagrimear. Esperaba una guagua.
Pía se unió conmigo en la espera. Empezó la lluvia, la guagua estuvo castigándonos algunos minutos más. Le presté la mitad de la sombra que la sombrilla me daba. Sí, dije sombra. A pesar de las gotas de agua, ella prendió su cigarrillo. Cuando notó que su humo me molestaba, dio las