Rozada por un suspiro
que nos lega el ayer angostado.
Desgastada hoy
cual remolino en la superficie,
la incertidumbre ya gacha
mancha el díscolo
que me nombra.
Agachada en los pliegues,
donde se respira profundidad
me digo:
«Quema pues la turba
en la que me apoyo.
Encaramada en el punto caído,
por perro e insípido.
Me pido ignífuga.
Lumbre de los no-nacidos.
La fuga trasnochada que
arropada ya en el ancho
orificio de tu cerrazón...
Me inclino a cifrar
tus descansos,
pira de los cuasi ya
mansos perros
que nos acompañan.
Me arrebato
en el salto
en la huida
mortal
que, por ser mentira,
no me deja volar.
Mas, oh, Madre,
compañía líquida
de tu sino
que a mi me arrasa,
a la playa me vuelo
y lames
mis heridas, oh, Madre apostillada
y la salazón de tus curvas
me cautiva como método
praxeológico para permanecer...
Insistir en el amanecer,
coco abierto de colores
caucásicos que te relegan
al olvido de sí.
Oh, Madre, oh Naturaleza,
neguémoslo, sí.
Esa mentira que nos dio de mamar, oh Madre,
Oh Naturaleza retro-alimentada
por mi divisa manida de tu voz.
Los colores taciturnos
que me dieron la vez.
Oído.
Mi hora, mi turno,
llega como aviso precipitado.
¡Oh Madre! Si mi tez es la
imagen no vista de la mentira,
¿cómo esta vez reconoceré la verdad
si me alcanza y me mira?
Me mima la inquina de tu yugo,
si, Sustancia Suspensa,
trasladado en mi modo de mirar
tus montañas me encierran.
¡Oh, Astucia caída que eres tú!
Mi causa sui e suita la vita,
paracaídas en vano
que no puede plantear(se)
contra su propia ley.
Plástica casa
aquella que mis poros
resisten en la respiración
que resta, oh, Madre,
de tu atavismo».
Lorena Acosta Iglesias (1992, Fuenlabrada; España) es escritora e investigadora en formación en la Universidad Complutense de Madrid realizando la tesis doctoral en la disciplina de Filosofía. Ha publicado poemas en las Revistas de Literatura Ídolum, Telescopio, Espirales, El humo y en la sección ‘No es País para Viejóvenes’ de Odisea Cultural.
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ILUSTRACIONES: La imágen ha sido remitida por la autora de la obra.
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