Los cantos de la vida inocuaA la memoria de mi hermano
Alguna vez yoAlguna vez yo habité en un paísparecido a la infancia,no era la infancia,sino sólo lo más parecido a ella.Alguna vez yo tuve dioses,amorfos o transparentes pero en todo caso intangibles;no eran dioses, pero así yo lo creía.Alguna vez yo tuve verdades,plurales más que totalesy hasta susceptibles de ser envueltas en papel de regalo;no eran verdades,pero hubiera dado cualquier cosa porque lo fueran.Alguna vez yo tuve pensamientos,tambaleantes y torpes como todos los pensamientos;no eran pensamientos,pero sólo por su aparentemente notable dominio sobre las cosasme dejé dominar por ellos.Alguna vez yo tuve esperanzas,vanas e intrascendentes,tan ingenuas que rayaban en lo verídico y hasta en lo realizable;no eran esperanzas, y yo siempre lo supe,pero no pude evitar estremecermecuando comprobé que todo en cuanto una vez creíeran solamente epítetos y redundanciasdentro de la misma espiral.***CapitulaciónYo pertenecí a una estirpe maldita,a la oscura casta de los fuegos ajenos a todo lenguaje,y mi nombre era éter, viento y cuarzo.Yo fui acorralado, asediado, sitiado.Yo fui enjuiciado desde cualquier reflejo increíble, ejecutado;yo fui descuartizado.Nube o bosque, poco importa,pero lo intenté.Yo fui sólo un mártir,un mártir del barro,un héroe del polvo,yo creí que el mundo era unívoco y transparente, puro,y por eso terminé sembrando entre las ruinas.Yo fui perseguido,arrebatado de los brazos de la nochey arrojado a sitios de los cuales aún no he regresado.Yo traté de ser.De más está decir que fracasé.De más está decir que me hicieron fracasar.***LentoPara mí no es la vida probableni el asombro ante ella;yo carezco de apremios, de fulguracionesy de incisiones desapercibidas.Tampoco me llama el placer trotamundosy aun menos la sabia fecundidad del nomadismo;yo giro en torno a los crepúsculosy mi único rugido es una catarata;yo no soy prisasni las previsibles furias de una sangre a medio estrenarsino la erosión y las mareas:a mí me surca la calmay mi sombra huele a parsimonia.Así que, si el mundo está apresurado,que se vaya, no importa:ya pasará otro.Y en ése me iré.***Balada inocuaPaso invulnerable y simplísimo,ya invisible a fuerza de desnudeces,árido de frescores.He hurgado.He sorbido cada golpe.No soy libre, soy mundo:me pueblo y me despuebloa voluntad, solo.Empiezo y termino en mí mismoy aún así temo se me escape alguna heridaque vaya a parar a cualquier destino innumerable.A partir de este momento me supongo murallay me repito;me repaso, me compruebo.Nada más juego con mi propio barro.Hago silencio.Me repliego.Agonizante de puentesno recibo inquisiciones(o mejor: las ignoro)anémico de anclasme he hastiado de ataquesy me revuelvo en círculos concéntricos.Así es mejor:nadie trocará sus alaridospor cuanto he descubierto.***La vida inocuaMe siento a mi propia vera.De tanto tragar filos mis voces son apenassilbidos inaudiblesproclamas de tardes y de vientos.Las piedras me han servido de confidentesIgnoro con cuál fin, pero velo.No nombro infiernos ni convoco umbras:los anticipo.No deseo más que una mujer,una lo suficientemente ciegacomo para atreverse a permear sobre mísus perfumes,una que olvide mi rostro, mi cuerpo y sus espinas,una que no tase más que mi inciensoy me escrute sólo con la punta de los dedos.Arsenal o cerebro, no sé:hace tiempo que me deshice de eso.Me flagelo si maldigoo si blasfemo contra el silencio.Repto; mezclo telarañas y moho,examino cifras, restauro granos de arenay me ufano únicamente de serorfebre de ningún escándalo.Eso es todo;en realidad ya no me queda mucho qué decir:mudo tras las avalanchas,caracol adrede,soy abundante sólo en ecos.
Alberto Quero. Nació en Maracaibo, Venezuela. Licenciado en Letras, Magister en Literatura y Doctor en Ciencias Humanas por la Universidad del Zulia. Ha publicado cinco cuentarios, dos poemarios y artículos académicos en el campo de la semiótica. Incluido en dos diccionarios de escritores venezolanos. Reportero para América Latina en “Literary News”, programa transmitido por CKCU 93.1 FM, de la Universidad Carleton, (Ottawa). Miembro de varias asociaciones internacionales de escritores e hispanistas. El poemario “Los cantos de la vida inocua” obtuvo el segundo premio en el concurso de poesía estudiantil de la Universidad del Zulia y fue incluido en la antología “Los Espejos Plurales” (1999).
Otros textos de Alberto Quero en Herederos del Kaos
Fotografía de Kevin Gent (en Unsplash). Public domain.
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