CICLOS
Desperté en una mañana de 1990. Mi conciencia y recuerdos se mantenían intactos en el cuerpo de un adolescente. Mis padres y hermanos estaban jóvenes, los abuelos aun vivían. Esta era la segunda oportunidad que había esperado siempre. Volvería a vivir mi vida tomando mejores decisiones. Con la sabiduría de un hombre de sesenta años sería difícil cometer errores.