'Viven porque están muertos', cuento de Francisco Coloane

Fotografía de Diego San (en Unsplash). Public domain.

El amor es un estado patológico que dura más en los débiles y menos en los fuertes -dijo el joven mirando fijamente a la señora de más o menos cuarenta y cinco años de edad, que estaba a su frente.
La otra mujer, de tipo extranjero, que escuchaba la conversación en el departamento, levantó sus bellos ojos verdes con un parpadeo en el que no se podría decir si había coquetería o súplica.

'La burbuja de cristal', cuento de Lucía Scosceria de Cañellas

Fotografía de Jordan Rogers (en Unsplash). Public domain.

Yo tenía una burbuja de cristal, era chiquita y estaba en un lugar desconocido. A veces estaba sola, bueno, casi siempre, así que pensé en encontrar a alguien que estuviese ahí conmigo para compartir pensamientos, emociones, risas y lágrimas.

Pensé que no sería difícil, sólo necesitaba dos cosas. Que yo amara a esa persona y que ella me amase a mí. Pero con el correr del tiempo me di cuenta que ese alguien especial no existía. Para olvidar tanta soledad ocupé los espacios vacíos que había adentro con palabras, dibujos, pinturas, y a veces, con algunas canciones.

Artículo: 'Prensa y poder en el Perú', de Raúl Allain

Con honrosas excepciones, una de las cuales son diarios que ejercen con eficacia un periodismo independiente y objetivo, el panorama de la prensa nacional está signado por la manipulación de la información y la desinformación.
En el Perú, la mayoría de empresarios periodísticos utilizan su poder para dictaminar qué enfoque deben tener las informaciones, cuáles serán omitidas o manipuladas, qué campañas periodísticas hay que hacer para favorecer o desprestigiar a alguna persona o algún sector de la sociedad.

'El relato de Ortner', texto perteneciente al libro 'Heliópolis', de Ernest Jünger

  Fue en otros tiempos, y callaré el nombre que llevaba entonces. No merece pasar a la posteridad. Me sentía desdichado, arruinado en cuerpo y alma y, además, por mi propia culpa. Mis padres no habían ahorrado gastos y esfuerzos en mi educación. Cursé estudios superiores y nunca me faltaron medios para mis viajes e investigaciones. Pero había fracasado; el despilfarro, el vicio y la pereza me hundieron en la ruina total. 

Poemas: «La chica de la cafetería» y «El hijo del campesino», de Daniel Gómez

La chica de la cafetería


Salia todas las mañanas al campo, 

ese campo verde y lleno de casinas y de hórreos

aquí y allá. El iba contento, feliz

de estar al fin en el pueblo patriarcal,

y así entraba a la villa, 

por sus senderos de raquíticas serpientes; 

'Pájaros de metal', relato de Juan Luis Henares

Desde pequeño tenía la costumbre: al escuchar el sonido de los motores, partía raudo al patio para verlos volar. Corría apasionado casi sin ropa desde su cama, o cubierto con la toalla si estaba en la ducha. A menudo se mojaba bajo la lluvia y, en días de sol, hacía visera con sus manos y se cubría de los rayos que le molestaban e impedían observar sus piruetas.
Al principio los hizo en papel; luego con cartón mejoró sus modelos. Pronto su padre le fabricó uno en madera que pasó a ser su juguete preferido; estas máquinas voladoras que deseaba algún día pilotar, eran su vida y soñaba —dormido o despierto— con ellas.  

'Sanar', poema de Kathleen O ' Meara (1869)

Y la gente se quedó en casa
Y leyeron libros y escucharon música
Y descansaron y ejercitaron
E hicieron arte y jugaron
Y aprendieron nuevas formas de ser
Y pararon
Y escucharon a fondo
Alguien meditó
Alguien oró
Alguien bailó
Alguien conoció su sombra
Y la gente comenzó a pensar diferente
Y la gente se curó
Y en ausencia de personas que 
vivían de maneras ignorantes,
Peligrosas, sin sentido y sin corazón,
Hasta la Tierra comenzó a 
curarse
Y cuando el peligro terminó
Y la gente se reunió
Lamentaron por la gente muerta

El último viaje


Se establece el comienzo de un dictado del que nunca hablaba en casa, la estructura infinita de un más allá. La muerte está allí, con sus silencios, con sus doctrinas condenatorias esperando que haga todo con sus manos para desarmarlo. Promete un sitio de orden y de generosa hospitalidad que no conoce. Está impaciente, ansioso al no saber cómo ni cuándo comienza el traslado.

Poema: 'Buscando empleo', de Daniel Gómez

El hombre desempleado camina todas las mañanas,

ve los árboles, como verdes hermanos,

suspirando sus cuerpos desnudos del otoño,

y el cielo parece que está siempre gris

y en las cafeterías salen risas. 

Artículo: 'Es hora de desmantelar el Estado criminal', por Por Raúl Allain


Una relectura del libro El mito del eterno retorno. Arquetipos y repetición (1949), del filósofo e historiador rumano Mircea Eliade nos podría llevar a considerar la realidad peruana como una constante "imitación" de eventos anteriores, aunque ahora esto no ocurre en tiempos del mito y la vuelta a los orígenes sino en la cancha de la nauseabunda política criolla.

'Humaredas', relato de Ricardo Juan Benítez

                                          
“Dios no juega a los dados” (Albert Einstein)

Un probable destino es tan irracional como el supuesto azar. Entonces la pretendida existencia de uno, no debería negar la existencia del otro. De hecho, si el tiempo fluye desde algún pasado hacia el hipotético presente y desde ese presente al incierto futuro, nada parecería indicar que desde ese futuro se haya tejido un plan inmutable hasta llegar a él. Pero, ¿si incluso pudiéramos saber con certeza como van a caer los dados? ¿Cuál sería la diferencia? Azar y destino parecerían ser dos vías paralelas y alternativas que echan a suerte nuestras vidas.  

Poemas pertenecientes al libro «Del azar y otras nimiedades», de Alberto Quero

Poemas pertenecientes al libro «Del azar y otras nimiedades», de Alberto Quero


21
¿Cuál voz escucho en este instante amplio y oscuro, 
en este instante que me desliza 
hasta el fondo de la angustia?

He dibujado unas líneas torcidas como el azar 
y como el calor que me circunda.
Me he vuelto susceptible al estruendo 
y dudo si él podrá despertarme
Dudo que algún día aprenda a abjurar, 
o que pueda hacerlo con hambre
 y apatía simultáneas,
como la angustia y las dudas 
que se agrupan espontáneamente 
y han formado un fárrago inagotable.

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