“Dios no juega a los dados” (Albert Einstein)
Un probable destino es tan irracional como el supuesto azar. Entonces la pretendida existencia de uno, no debería negar la existencia del otro. De hecho, si el tiempo fluye desde algún pasado hacia el hipotético presente y desde ese presente al incierto futuro, nada parecería indicar que desde ese futuro se haya tejido un plan inmutable hasta llegar a él. Pero, ¿si incluso pudiéramos saber con certeza como van a caer los dados? ¿Cuál sería la diferencia? Azar y destino parecerían ser dos vías paralelas y alternativas que echan a suerte nuestras vidas.