El hombre estaba allí, abandonado y taciturno, como había sido siempre. Moviendo de un lado al otro el pie, en un gesto de profundo desprecio y de fastidio ante la vida. Miraba todo con dolor, sentíase soberbio y a la vez cansado, tal vez estaba ante esas horas difíciles de la existencia.
Había frente suyo una de esas modestas florecillas que nacen en las épocas lluviosas, siempre ocultas entre las piedras, no podía mirarla con amor, porque todo en ella era escombros, de modo que tan solo podía sentir desprecio, por aquello que siendo destinado a la belleza, ya no era precisamente bello. Mientras la miraba, imaginaba su glamur de antaño, su antigua rareza, su altivez en plena primavera, y ahora sin embargo la comparaba con esos despojos de la existencia y reflexionaba.
Ya estaba por marcharse cuando se presentó la siguiente escena.
Vio a lo lejos dos seres, aunque se veían en realidad como dos miserables sombras, que danzaban con efusividad, al mismo tiempo que se asomaba una luna llena, y empezaba con su canto un grillo. El lugar era oscuro, pero se estaba bien, además aquellos seres que se acercaban le causaban intriga. A sus espaldas voló un pájaro y él se sonrió medio asustado, al imaginar lo que pudo haber sido y para su bien no fue. Mientras los desconocidos se acercaban permanecía sentado y contemplaba con delicadeza aquel astro que con débiles destellos parecía decirle cosas extrañas.
Los sueños florecen bajo el amparo de ese silencio amigo que es como un manto protector de las almas.
Vio pasar a los amantes, los distinguió bajo la luz de la luna, y supo que eran; una muchacha casi muy niña y un hombre ya maduro que la llevaba ceñida del brazo. Más a lo lejos, aquel romántico grillo cantaba una música melódica y suave que enamoraba. Los amantes pasaron y nuestro hombre, que en realidad era un mendigo, encendió un cigarrillo.
En algún lugar quizás cercano, una niña enamorada también soñaba inspirada con la canción del grillo, o con la majestuosidad de la voluptuosa luna. El amor es un sueño efímero en el intelecto del apasionado perverso, de aquel que solo persigue el beso y ama la boca porque aun no la ha besado, todo acabará cuando el efecto efervescente de esa divina caricia se consuma, entonces todo será devastador y también cruel.
Ya no estará el amor, si una herida, el amor se desvanecerá porque no hay un vínculo sólido que lo certifique como un sentimiento perpetuo, y aunque muchos lo poseen, nada lo garantiza. Todos somos protagonistas de la farándula, muchas veces decimos amar tan solo por lograr otros intereses, que después de la mentira nos señalarán como cínicos arquitectos de la falsedad.
Dos seres pueden ir tomados de la mano y jurarse amor, sin saber que tienen dos versiones diferentes de los sentimientos, luego se entregan, disfrutan y al final descubren, todo aquello que en medio de la excitación no quisieron comprender. Después de eso, aquel; cualquiera de los dos que salió herido, mirará hacia el cielo y culpará a su Dios.
El amor de aquella muchacha también era ingenuo, y por eso habrá de romperse como una ola entre las rocas, aquella mágica luna no podrá brillar siempre con tanto afán, y terminará por romper su embeleso. El panorama que se avecina será desolador, el enamorado le robará el beso, le robará sin descaro la niñez, robándole así también el alma. Y entonces llorando comprenderá que el amor es irreal, que es fugaz, que mas allá de lo que digan las palabras, el amor guarda en sus tejidos una sustancia superficial, que es la que se entrega cuando su mezclan en un propósito la falsedad y el morbo.
El mendigo: el otro personaje de esta historia, ya lo vivió en su juventud, por eso contempla la luna sin ilusión, por eso escucha el canto del animalito sin enamorarse, pues ya su alma vencida, y desengañada de las falsas apariencias de este mundo, no busca el amor, busca tan solo un momento de soledad, y observa hacia la esquina con aires de indiferencia, sin sentir ningún tipo de culpas, pues sabe que es la niña quien se entrega a su destino.
Pasa un coleóptero, ebria mariposa nocturna y frívola, alada ninfa de la prostitución, y el mendigo ríe pues sabe que la niña se agitará y correrá emocionada detrás del alegre insecto, símbolo febril de la libertad, y sabe que el amante la contemplará excitado, que brillarán sus ojos, que temblarán sus manos, y que se templará el miembro viril de sus perversiones, mientras se imagina la dulzura de ese fruto perturbador.
Nada de eso le importa al hombre que medita bajo el manzano, ya lo vivió. Pero desde allí los contempla a los tres, agazapado como una fiera bajo el manto protector de la tibia noche. Tendrá como testigo al encendido astro, y pensará en el frívolo destino de los seres, y en el desgarrado terciopelo del mundo, escenario terrible de la ficción, donde merodean y revolotean apretados como enjambres, los espectros desatados de la condición humana, básicos elementos en la perdición de las almas.
La niña no para de sonreír, aquella perturbación del espíritu la ha aturdido, mira al cielo y solo ve luna y estrellas, mira en rededor y solo ve coleópteros que danzan embriagados de libertinaje, besa al amante y este finge una dicha eterna, cuando en verdad ha de ser efímera como una fragancia. La obra teatral muy digna se manifiesta, los elementos de la naturaleza conspiran, los calores corporales se tiemplan, arde la tentación morbosa de la carne, la bajeza del hombre malo implora, la ingenuidad de la niña se precipita, el mendigo fuma.
A lo lejos, oculto en su madriguera, el grillo es el único que es sensato, y con la melodía de su canto no deja de alertar, pero la niña no escucha, más bien diríase que le desprecia, porque es la noche tan bella y ella está en su mejor edad.
Albo Aguasola
Venezuela 1975. Residenciado en New York desde 1995. Escritor de novelas, ensayos, cuentos y poesías. Una de las novelas, “Vasonegro” fue publicada en la Ciudad de New York. En Venezuela se publicó “El Fantasma de Prospect Park”. Esta novela “El Fantasma”, se ha promovido durante cinco años en Venezuela y ha sido bien aceptada por lectores de todas las edades, hemos hecho presentaciones en las ciudades más importantes del país y también en pequeñas ciudades y pueblos, en universidades, colegios, casas de la cultura, librerías, museos y otros sitios de importancia, hemos participado en la feria del libro de Caracas, Maracaibo y otras ciudades venezolanas. También poseo un espacio radial de lunes a sábado, que trata sobre el libro y donde además promovemos la cultura en general, música, literatura, poesía, filosofía, otras ramas del saber, entrevistamos músicos, poetas y escritores locales. alboaguasola@hotmail.com
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