Me pregunto: ¿qué vacío el mío a estas horas de los duendes?, donde todo es posible si abrazo desesperadamente un poco de imaginación, pero soy testarudo y no lo hago, me oculto en los ágrafos pensamientos. Mejor descanso y mañana lo escribo, me digo. ¡Vaya estupidez! Como si las palabras, las ideas, se mantuvieran fijas, dispuestas a ser apreciadas cuando tenga la gana de hacerlo. Lo que sea que vaya a ser escrito a las tres de la tarde no será lo mismo a las dos de la mañana. Las palabras son como las aguas de Heráclito, se mueven eternamente por los abismos y las constelaciones perdidas, por lo cual nunca serán las mismas; se
Escrito por Freddy Quiñones Serran
Publicaciones: Microrrelato “¿Solo las piedras no se comen?” en revista Filtro y un breve relato “El huésped de mi infancia” en revista Da Vinci.
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