Hacía mucho frío en Odessa aquellos días. Cada mañana íbamos al aeropuerto en grandes y ruidosos camiones, por la carretera mal adoquinada. Allí esperábamos, muertos de frío, a los grandes pájaros grises que rodaban por el campo de aterrizaje. Pero los dos primeros días, cuando estábamos a punto de subir a bordo, llegó una orden en sentido contrario, porque sobre el mar Negro había una niebla muy densa, o bien demasiadas nubes, y volvimos a subir a los grandes y ruidosos camiones y regresamos al cuartel por la carretera empedrada.
- Inicio
- Entrevistas
- Narrativa
- Microrrelatos
- Poesía
- Ensayos
- Artículos
- Reseñas
- Autores
- Literatura por países
- Mapa del sitio
- Archivo & Descargas
- Dossier #1 – EPUB
- Dossier #2 – EPUB
- Dossier #3 – EPUB
- Catalogo de revistas
- Outsiders
- Pandemónium
- Fotoreportaje
- Música
- Traducciones
- English Corner
- Colaboraciones
- Quiénes somos
- El Manifiesto
- *Webmaster»
Poemas: Ruth Weiss y Diane di Prima
Segundo díaRuth Weiss
hay que desecharlo todoapuntes —— númerostodas las referenciasincluso la adoración de la nadaespejo —— memoriatodas las bisagraslas puertas giratorias hacia lo posibleincluso el calor — fríolas espaldas desconocidas
Poemas: «Carniceria» y «Supervisores Celestiales...», de Charles Simic
A veces, caminando tarde en la nocheMe detengo ante una carnicería cerrada.Hay una sola luz en la tiendaComo la luz con la que el condenado cava su túnel.
Un delantal cuelga sobre el gancho:Sobre él sangre untada forma un mapa
Selección de poesía de Antoni Tàpies Barba
HUELLASNo hago más que seguirte,por caminos y agrestes bosques,peñascos arriba, donde anida la nieblay muere la luz demasiado clara.Siempre siento tus pisadas,tu paso firme sobre la roca.Muy a menudo te pierdo –me pierdo-y te veo en la cumbre que me esperas.Rastreo tu huellatanto en la nieve virgen como en la tierra arada.Es difícil seguirte cuando la luna se oculta
Poema: «Dióxido de carbono», de N. Krishna Kumari
Soy dióxido de carbonoEl enrojecimiento apenas visibleEntre hombre y hombre,Llamas en recovecos de concienciaYo extingo.Destellos de tejidos marrones,Conozco la medio-loca despreocupación.La fea y deformada curva de la mofa
Poemas: «Rompecabezas» y «Momia», de Attila Balázs
¿Hoy es lunes o viernes?si fuera domingo, sería mayor el silencioEnsamblo mis miembros desde el baño,desde el dormitorio, la cocina- En tales momentos, en la mañana -Los junto como un rompecabezas
Números y letras se confunden en el calendarioDe modo que si se mezclan el caos sería mayorMiro la red o leo el periódico para ver
«Tortura», un poema de Wislawa Szymborska
Nada ha cambiado.
El
cuerpo es susceptible al dolor,tiene que comer y respirar aire y dormir,tiene piel delgada y la sangre justo debajo,un adecuado surtido de dientes y uñas,sus huesos son quebrables, sus articulaciones estirables.En torturas todo esto se toma en cuenta.
'La bolsa del mandado' y 'Flor de guerra', dos poemas de Xhevdet Bajraj
No se cómo te sientes querido amigo mío
pero a mí la vida sigue mordiéndome con dientes de bestia
así que no me queda otra
que también morderla
Tiro el cigarro y cruzo la calle con paciencia
Juan López | Selección de poesía
DeMiráMendoza: Edicones Simples, 2005
mirá
mirá si no llegan a tiempo esos mensajes
y tu objetivo no se cumple
como afanosamente habías planificado
mirá si tu maestro se muere justo en ese momento
Ryūnosuke Akutagawa | Sennin
Ryūnosuke Akutagawa (1892-1927), escritor japonés. Antes de quitarse la vida, explicó fríamente las razones que lo llevaban a tal decisión y compuso una lista de suicidas históricos, en la que incluyó a Cristo. Entre sus obras citaremos Cuentos grotescos y curiosos, Los tres tesoros, Kappa, Rashomon, Cuentos breves japoneses. Tradujo obras de Browning al japonés.
"Pieles y huesos" y "Distancias": dos poemas de Juan Carlos Vásquez
Carta a un joven poeta | Por Rainer María Rilke
Era en 1902, a fines de otoño. Estaba yo sentado en el parque de la Academia Militar de Wiener Neustadt, bajo unos viejísimos castaños, y leía en un libro. Profundamente sumido en la lectura, noté apenas cómo se llegó junto a mí Horacek, el sabio y bondadoso capellán de la Academia, el único entre nuestros profesores que no fuera militar. Me tomó el libro de las manos, contempló la cubierta y movió la cabeza. "¿Poemas de Rainer María Rilke?", preguntó pensativo. Y, hojeando luego al azar, recorrió algunos versos con la vista, miró meditabundo a lo lejos, e inclinó por fin la frente, musitando: "Así, pues, el cadete Renato Rilke nos ha salido poeta..."
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
ENTRADA DESTACADA
«Inéditos entornos de Jaime Saenz», reportaje a Gisela Morales, por Juan Carlos Vásquez [*]
Foto: Javier Molina Barrios Conocí la obra de Jaime Saenz en un viejo sótano de un edificio en Manhattan en el año 2002. La ...
