A veces, caminando tarde en la nocheMe detengo ante una carnicería cerrada.Hay una sola luz en la tiendaComo la luz con la que el condenado cava su túnel.
Un delantal cuelga sobre el gancho:Sobre él sangre untada forma un mapa
De grandes continentes de sangre,Grandes ríos y océanos de sangre.
Hay cuchillos que brillan como altaresEn una oscura iglesiaDonde traen al cojo y al imbécilPara ser sanados.
Hay una tabla de madera donde se rompen los huesos,Raspados de raíz:-un río seco a su lechoDonde me alimenta,Donde en lo profundo de la noche escucho una voz.
Charles Simic (Yugoslavia-EEUU, 1938)Traducción de León Blanco
Pirámides y esfingesHay una calle en Parísllamada rue des Pyramides.Una vez me imaginé que estaba llenade arena y pirámides.
El domingo que fui allí a cerciorarme,una pobre anciana que cojeabachocó conmigo sin verme.Podría haber sido una egipciapor su avanzada edad.
Apoyándose en un bastón y a prisapasó por las fachadas de las tiendas cerradascomo si hubiera un desfile en alguna parte,o una ejecución para ver,¡una cabeza ensangrentada sujeta por el pelo!
El día era frío. Ella pronto desapareció,mientras yo examinaba un letrero de circo medio despegadobajo el cual había otrocon la cabeza de una esfinge que me miraba.(De "Hotel Insomnia", 1992)
Carta
Queridos filósofos: me pongo triste cuando pienso.¿A vosotros os pasa lo mismo?Justo cuando estoy a punto de hincar los dientes en el noumenon,alguna novia antigua me viene a distraer."¡Ni siquiera está viva!" grito a los cielos.
La luz invernal me hizo tomar ese camino.Vi lechos cubiertos con frazadas grises idénticas.Vi hombres de mirada sombría sosteniendo mujeres desnudasmientras las maguereaban con agua fría.¿Era para calmarles los nervios o castigo?
Fui a visitar a mi amigo Bob quien me dijo:"Alcanzamos lo real cuando vencimos laseducción de las imágenes".Yo estaba dichoso, hasta que me di cuentade que tal abstinencia nunca sería posible para mí.Me sorprendí mirando por la ventana.
El padre de Bob llevaba a su perro a pasear.Se movía dolorosamente; el perro lo aguardaba.No había nadie más en el parque,sólo árboles desnudos con una infinidad de formas trágicasque hacían más difíciles las cosas.
(De "Gods and Devils", 1990)
Supervisores Celestiales¿Cuentan mis pasos meticulosamente?¿Han llegado a una cifrade muchos ceros separados por puntos?¿Podría yo haber caminado hasta la estrella más cercana?Rememoradme, por favor,uno de mis primeros pasos,quiero el traje planchado que usaba ese díaquiero que mi madre me coja la mano firmemente.
Esa debe ser mi abuela ahíen el ataúd abierto. Sus manos están agrietadasde tanto fregarel suelo por el que caminamos con zapatos negros.
Los tres pasitos que di entoncespara que pudiera ser levantado y besarla,y los tres igualmente pequeños que di para retroceder...¿Todavía resuenan en magnitudes que retroceden eternamente?
¿Podría este perrazo sentado como una esfingejunto a la gris costa atlánticatodavía oír crujir mis zapatos nuevosal otro lado del mundo?
(De "Gods and Devils", 1990)(Traducción Oscar E. Aguilera F. © 2001)
La silla
Esta silla fue una vez alumna de Euclides.
El libro de sus leyes reposa sobre su asiento.Las ventanas de la escuela estaban abiertas,De suerte que el viento volteaba las páginasSusurando las gloriosas pruebas.
El sol se puso sobre los dorados tejados.Por todas partes las sombras se alargaron,Pero Euclides no dijo nada de eso.
(De "Hotel Insomnia", 1992)
Charles Simic es uno de los mayores poetas contemporáneos en lengua inglesa. Ganó el premio Pulitzer en 1990 por El mundo no se acaba. Nacido en Dušan, Simić (Belgrado, 1938) emigra a Estados Unidos en 1954, donde reside desde entonces. Es uno de los mayores poetas contemporáneos en lengua inglesa y autor de luminosos ensayos sobre literatura y cine. Ha sido galardonado con numerosos premios, entre ellos, el Premio Pulitzer en 1990, la «beca al genio» de la Fundación MacArthur, el Griffin International Poetry Prize y el Wallace Stevens Award. Entre octubre de 2007 y mayo de 2008 fue Poeta Laureado de EE. UU. En la actualidad escribe una columna sobre poesía y arte en el blog de The New York Review of Books.
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