'Caos a las tres de la mañana', relato de Freddy Quiñones Serran


Me pregunto: ¿qué vacío el mío a estas horas de los duendes?, donde todo es posible si abrazo desesperadamente un poco de imaginación, pero soy testarudo y no lo hago, me oculto en los ágrafos pensamientos. Mejor descanso y mañana lo escribo, me digo. ¡Vaya estupidez! Como si las palabras, las ideas, se mantuvieran fijas, dispuestas a ser apreciadas cuando tenga la gana de hacerlo. Lo que sea que vaya a ser escrito a las tres de la tarde no será lo mismo a las dos de la mañana. Las palabras son como las aguas de Heráclito, se mueven eternamente por los abismos y las constelaciones perdidas, por lo cual nunca serán las mismas; se

Tres cuentos de Ale Montero

Tres cuentos de Ale Montero

Silente

Era un espacio multidimensional, oscuro, postapocalíptico. Flotaba en aquel negro cosmos. ¿Este universo era astronómico o microscópico? Tal vez me desplazaba dentro de un átomo. Vi una puerta en medio de la nada. Me acerqué flotando lentamente. De la mirilla se escapaba un penetrante resplandor. Observé por ahí. Quedé inmóvil. Me vi observándome por la mirilla. 

Poema: "Nombrarte es sonreír", de Dante Vázquez M.

Pienso que te pienso, América querida,
como madre, amiga y amante guerrera, 
amordazada a merced de la ceguera 
de tu sangre en la revolución perdida.

América, madre, vida colorida, 
es tu flora y fauna riqueza sincera, 
canto natural que inspira y nada espera, 
el amor real que sana toda herida. 

'El festin', poema de Adrián Calderín Gutiérrez


En féretro de siglos el vampiro

yace. Algunos esperan su regreso 

del más allá. Se profetiza un beso

fatal y demoniaco. En su retiro


secular se fraguaron bacanales

y conjuros mortales, sacrificios

de vírgenes doncellas. Los inicios

del rito se preparan. A raudales

Ensayo: 'Pequeño gran discurso para Arno Schmidt, de Günter Grass

Ensayo: 'Pequeño gran discurso para Arno Schmidt, de Günter Grass

HAY que saber honrar a un colega. Es la primera vez que ejerzo este oficio en público: así, se vuelve una aventura alabarlo a usted, estimado Arno Schmidt, y tratar de argumentar en nombre del jurado por qué le adjudicamos el Premio Fontane de Berlín. Para quien no lo sepa aún: Arno Schmidt vive entre nosotros desde hace 50 años; y cuando abrimos la boca —incluso quienes no lo hayan leído—, caemos en su forma de expresión: Arno Schmidt contagia.

Poema: "Natalicio XIII", de Ihmisiä Vihaava Gotiikka


Este dolor insensato,
De pulmones rotos, que aclaman
Hacia los bosques pusilánimes
A mi alma para la atención de un auxilio remoto
Puede ser un temple, sabor a lágrimas de antaño
Que por lo menos dejare con sangre
Algo de la esencia que ha dejado este mundo
Son mis tormentas de papel.

'Infancia, asfixia y alucinación', relato de Juan Carlos Vásquez


La sensación de incertidumbre, de rapto hacia otra realidad, persistió durante mucho tiempo. «Voy a morir», pensaba al abrir los ojos de par en par en la madrugada, y veía los reflejos de la luna colarse por la ventana entre la oscuridad. Así me acuesto y así me despierto: de lado, con la

'La canción del grillo', relato de Albo Aguasola

'La canción del grillo', relato de Albo Aguasola

El hombre estaba allí, abandonado y taciturno, como había sido siempre. Moviendo de un lado al otro el pie, en un gesto de profundo desprecio y de fastidio ante la vida. Miraba todo con dolor, sentíase soberbio y a la vez cansado, tal vez estaba ante esas horas difíciles de la existencia. 

'Tren', relato de Joy Williams

El interior del vagón era de color violeta. Las dos niñas estaban encantadas porque era su color favorito. De hecho, en lo único en que estaban de acuerdo era en su gusto por el color violeta. Danica Anderson y Jane Muirhead tenían diez años. Habían viajado en coche desde Maine hasta Washington DC con los padres de Jane y ahora regresaban en tren a Florida, con los padres de Jane, ciento nueve personas más y cuarenta y dos automóviles. Era septiembre.

Textos musicalizados pertenecientes al libro «¿Por qué me has abandonado?», de Oscar Alfonso Fuentes Peña

E R M


Mórbido en el mundo de las letras 

Comer tornasol de nervios 

No queda más que masticar esos besos y su piel, el corazón a pulso, las entrañas y esferas aeriformes parten el tintero que endulza el oscuro de la sustancia

🔻

 

...

ENTRADA DESTACADA

Vindicación del Caos · por Alberto Jiménez Ure

En el vasto escenario de la naturaleza y la destructiva influencia del hombre, surge la "Vindicación del Caos" de Alberto Jiménez...