Quién me creeríasi dijera, “ Me agarraron yme abrierondel cráneo a la entrepierna, ytodavía estoy viva, yme paseo complacida conel sol y con todala generosidad del mundo.” La sinceridadno es tan simple:una sinceridad simpleno es más que una mentira.¿Acaso los árbolesno esconden el vientoentre sus hojas ymurmuran?La tercera dimensiónse esconde.Si los obreros de la calleparten las piedras,las piedras son piedras:a mí el amorme partió en dosy estoyviva paracontar el cuento – pero nosinceramente:las palabraslo cambian. Deja que sea–aquí bajo el dulce sol– una ficción, mientras yorespiro, y cambio el paso.
Estadías en el mundo paraleloVivimos nuestras vidas de pasiones humanas,de crueldades, sueños, conceptos,delitos y el ejercicio de la virtuden y junto a un mundo carentede nuestras preocupaciones, librede aprehensión --aunque afectado,sí, por nuestros actos. Un mundoparalelo al nuestro pero superpuesto.Lo llamamos “Naturaleza” y sólo con renuenciaadmitimos ser “Naturaleza” nosotros también.Cuando perdemos de vista las obsesiones,los egoísmos, porque erramos un minuto,una hora, incluso, de reacción pura (o casi pura)a esa vida plácida:nube, pájaro, zorro, el fluir de la luz, el peregrinajedanzante del agua, la quietud inmensade la efímera hechizada en el vidrio de una ventana,las voces animales, el zumbido mineral, el vientoen diálogo con la lluvia, el océano con la roca, el tartamudeoentre el fuego y el carbón-- Luego, algo atadoen nosotros, como un burro en su metrode cardo y pasto ralo, se libera.Nadie sabe dónde estuvimos, cuando nos traende nuevo a nuestra esfera (adonde, sí, debemosvolver para avanzar en nuestros destinos)--Pero hemos cambiado, un poco.
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