Montserrat López Alsina: Un cuento fantástico

Cuando Elena dictaba su curso de Literatura Fantástica, a medio semestre le gustaba mandar a sus estudiantes a escribir un cuento. De esta manera era fácil darse cuenta quién estaba entendiendo en qué consistía el género. Le daba especial placer leer los cuentos de los buenos estudiantes, pues casi invariablemente también resultaban bastante entretenidos.
Aunque era extremadamente tarde, quiso leer un par de cuentos antes de acostarse. Los habían entregado el día anterior, pero ella no había tenido tiempo ni de mirarlos. Seleccionó de entre el montón el cuento de un estudiante particularmente bueno, Fausto Pérez. El cuento se

Dos relatos breves de Juan Luis Henares

(In)dependencia

Subió al colectivo y se ubicó en el último lugar de la hilera de asientos individuales. Iniciado el viaje, mientras el sol golpeaba su rostro, desde la ventanilla contempló los afiches en las calles: 1816-2016. Bicentenario de la Independencia.
Descendió tras una hora de recorrido, caminó pocas cuadras y al llegar a su barrio encontró la bandera argentina que ondeaba en el balcón de la casa del vecino. Ingresó a la suya, subió las escaleras, dejó su mochila en la cama y comenzó a quitarse la ropa de trabajo. Preparó café, tomó un libro y se acomodó en el sillón del living; cerró los ojos y

«De donde viene su rostro», un relato del autor y periodista Sebastián Trujillo

La madre había cerrado los ojos. Como intentando hallar abrigo en la fugacidad de algún sueño. Después abrió los párpados y gritó. Estridente, el eco, retumbó en el pasillo del hospital. El ascensor subía. Ella decidió bajar en espiral, pisando a tientas los peldaños de la escalera. Afuera apretujó su cráneo. Y el sereno, similar a gotas de fuego en el crepúsculo, la bañó en una lagrima infinita. 
Tonos pasteles teñían el ambiente. El niño giraba en el carrusel de la feria. Pero un ataque intimo le fulminó el corazón. Los caballos transmitían sinfonías inocentes. La melodía provocaba danzas de fantasías en un jardín de esculturas de hierba, flores y gigantes de caramelos. 

¿Cómo erradicar las Causas de la violencia contra las mujeres? | Por Raúl Allain (*)


En un artículo anterior, reflexionaba sobre la gravedad del problema de la violencia contra las mujeres en el Perú y la necesidad de una toma de conciencia en todos los niveles (funcionarios públicos, operadores de justicia, ciudadanía) para acabar de una vez por todas con este flagelo social.
Y reitero mi preocupación, porque a pesar de las diversas y permanentes campañas en contra de la violencia contra la mujer y el feminicidio, el problema persiste y es uno de los más graves en nuestra sociedad actual, junto con la corrupción de funcionarios, la delincuencia, el crimen organizado y la violencia familiar.

Desde Colombia: «Los labriegos», un cuento de Rusvelt Nivia Castellanos

Había guerra en el monte. Sólo se escuchaban las balaceras. Los combates infundían terror en la región. Para lo peor, un campesino estaba desesperado. Vivía a solas con su hijo y los dos no tenían que comer. Hace eso de unas noches, les asaltaron su finca. El robo pasó de un modo inesperado. Unos bandoleros; irrumpieron en los huertos, saltaron los alambres con chuzos, luego se cargaron consigo las cosechas. Por lo pasado, este padre atormentado no supo cómo hacer para jornalear y así poder alimentar a su niño. 
Aparte, diferentes pueblerinos culparon al campechano de ser traidor, por ser amigo de los

Alucinación y Caos: «Tulia», un relato de José Alberto Capaverde "El Seis"

Ella siempre me veía; aunque el cielo estuviera obscuro. Me encontraba entre las infinitas formas que tienen las nubes. Se quedaba mirando por largas horas la bóveda celeste (para ella el tiempo no existía); no le daba el valor común que le dan los individuos. Ella podía pasarse “todo el tiempo del mundo”, observando un arcoíris lejano (sui generis). La capacidad de sus ojos había perdido el color; ahora sólo veía en blanco y negro. En una ocasión se quedó por tres meses mirando un buitre; el cual estaba cerca de su ventana, esperando la muerte. En todo momento miraba mi rostro dentro de su corazón; decía: que ahí tenía marcado su gran amor.

Desde Sevilla: «Gozosos y sufrientes», un relato de David Crauley

Son dos mundos diferentes; uno sufre, otro goza dentro, muy dentro. Son dos mundos muy distintos como lo eres tú, aunque, en el fondo, créeme, no son tan diferentes. Se componen de cielos, nubes, escaparates y hasta de un montón de ceros y unos como cualquier otro mundo. Son dos mundos pequeños que se tocan y se aman, precisamente porque uno sufre y el otro goza. Y es necesario que uno sufra y el otro goce, porque así todo tiene un sentido para los que allí dentro sufren y para los que allí dentro gozan, que nunca gozan lo suficiente porque los sufrientes nunca sufren lo suficiente. 
Ahora dirás que lo que te cuento de ningún modo es cierto y, sin embargo, es tan cierto como que

«Edgar Allan Poe es mi vecino», un texto de «Los 20 retratos de Sofía en la pared», poemario de Carmen Rosa Orozco

Resulta que años después de mi muerte en Baltimore he regresado a vivir junto a mi vecina Sarah Morante, soy alcohólico de nuevo y me llamo Víctor Fuentes, me arrastro por las paredes, a veces mancho de diarrea el piso próximo a mi apartamento; ella me repulsa así como mi padrastro, tal como ella he suprimido mi apellido paterno, piensa en atacarme con un palo pero no lo realiza, John también lo quiso hacer en su lecho de muerte para que no me le acercara, pero ya sólo deliro por Virginia, mis hermanos me encontraron en la plaza Del Lago llorando por ella, por esos hijos que no pudimos tener.

«Previa en la cafetería», un cuento de Rodrigo Miguel Quintero

Todos necesitamos tomarnos una pausa. Mi pausa de café son los miércoles a las 11 en la cafetería del centro del pueblo. 

Salí rumbo a la avenida del centro, crucé las cuadras que me separaban de mi trabajo. Entré. El aire olía a limpio y neutro. La atmósfera, tranquila.

Me acerqué a mi lugar de siempre donde están sillones de pana beige. Siempre me chocaba la lámpara con la cabeza al sentarme. Era como si me encendiera. Me saqué el barbijo y me invadió una oleada de aire nuevo y fresco...  

A un costado estaban las mesas perfectamente ubicadas y brillosas color verde manzana. Le

Washington Daniel Gorosito: Tras los pasos de Fray Gorosito en Atlixco-Mexico

                                                        Corría el 1700 cuando hubo de llegar
a la hermosa Nueva España
desde el Reino peninsular.

A territorios lejanos y extraños
con la fe en la mente y corazón
para cumplir su misión
continuar con amor y devoción
el plan de evangelización.

Fray Francisco Gorosito
de la Orden Mercedaria
una vez en la Nueva España
en la bella Puebla recibirá
cuál será su nuevo destino 
en el México Virreinal.

A la Villa de Carrión

«La disrupción de Bolaño», un artículo de Alejandro Castro

"Los detectives salvajes" es el libro que le dio a Roberto Bolaño la llave maestra del reconocimiento. Su aparente incursión abrupta y disruptiva en el mundo de las letras, en realidad era el resultado de una preparación lenta, constante y regular que por décadas se había circunscrito al borde marginal del arte, en este caso, de la literatura. 
Las casi inevitables penas y vicisitudes que este camino trae (en artistas que comparten un camino vivencial similar) tienen un encanto vedado, crepuscular y mullido. Y su recompensa está a la vista de todos: la riqueza de las figuras, las expresiones guardadas, los personajes sórdidos, sombríos, preparados en una cámara de minuciosidad y

Rolando Reyes López: Perfecto mundo mío | Poesía

Llegué a este final creciendo solo, 
jugándome la vida, 
me hicieron ser hombre antes de tiempo, 
pero no lo soy, soy una piedra, 
estoy cansado de esa condición; 
la mala noticia es que no estoy muerto. 

Fui amado, socorrí a las insatisfechas; 
ese día, sobre la mesa
un poeta vio nacer su corazón, 
gigante de tierra y versos. 
Entré por esa ventana 
mientras los niños jugaban a ser felices. 

En cualquier momento llegan los

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Vindicación del Caos · por Alberto Jiménez Ure

En el vasto escenario de la naturaleza y la destructiva influencia del hombre, surge la "Vindicación del Caos" de Alberto Jiménez...