Todos necesitamos tomarnos una pausa. Mi pausa de café son los miércoles a las 11 en la cafetería del centro del pueblo.
Salí rumbo a la avenida del centro, crucé las cuadras que me separaban de mi trabajo. Entré. El aire olía a limpio y neutro. La atmósfera, tranquila.
Me acerqué a mi lugar de siempre donde están sillones de pana beige. Siempre me chocaba la lámpara con la cabeza al sentarme. Era como si me encendiera. Me saqué el barbijo y me invadió una oleada de aire nuevo y fresco...
A un costado estaban las mesas perfectamente ubicadas y brillosas color verde manzana. Le