Ya no tiene dudas: todo va a terminar mal. Mejor dicho, todo va a terminar.
Ojalá la noche antes no hubiera salido a hacer su trabajo, pero eso era impensable. Si no hubiera pasado por esa calle, pero era la de los martes y él nunca cambiaba su itinerario, si el auto no hubiera estado esa noche en marcha y con la puerta abierta, si él no hubiera visto lo que había en el asiento del acompañante… si… si… eran demasiados síes; pero ya era tarde.
Una hora atrás, regresaba a su casa con el carrito atado detrás de su bicicleta, esa bicicletita para niños había sido el mejor hallazgo del mes; con las ruedas y unas maderas que había ido llevándose