"La primera ciudad", un texto perteneciente al libro "Cómo estar solo", de Jonathan Franzen

Dos sucesos de este año me indujeron a preguntarme por qué las ciudades norteamericanas en general y Nueva York en particular se toman todavía la molestia de existir. El primero fue un vuelo de vuelta al este desde St. Louis. Ocupaba el asiento de al lado una mujer elegante y agradable de Springfield, Missouri, que llevaba a su hijo de once años a ver a parientes de Boston. El hijo ya se había anotado unos puntos conmigo al sacar de su mochila un libro, en

«Historia de todos los días», un poema de Sándor Csoóri

«Historia de todos los días», un poema de Sándor Csoóri

Levantarse
y encender el fuego de la estufa,
en el cerebro después del aspar del humo,
en los ductos de los huesos fríos de insomnio,
y buscar el camino a la mano,
desde la mano al vaso de bebida,
los remanentes de las cenizas de ayer en los vacíos de la cara,
tal vez una tormenta de viento empujada por los pájaros

«Los pequeños mares», un relato de Claude Nogueras

La Propietaria del pequeño mar tiene mis ojos, quizás una copia más acertada de mi cabello, tal vez una silueta mejorada de mi cuerpo. A simple vista, solo nos diferencia la sonrisa. A su edad, mis dientes eran un poco más uniformes. La observo y me pregunto por qué al pequeño mar no lo sostienen mis manos. ¡Ah, sí! Porque ahora me atrae la extensión del océano y me exijo no conformarme con menos. Porque ahora pienso en la importancia de la inconformidad.

«Visiones», un relato del escritor madrileño José Luis Guerrero Carnicero

Carlos estaba pletórico, había encontrado un piso magnífico, amplio y céntrico y lo mejor era el precio del alquiler, increíblemente barato. Llamó a Berta para contárselo, pero no le cogió el teléfono, así que le puso un mensaje para que, por lo menos, supiese su nueva dirección, c/Andújar, 35 4-c
Ya lo vería al día siguiente y podrían hablar, tenía que acostarse porque le esperaba un buen madrugón al día siguiente y además estaba cansado.
Le despertaron unos ruidos en

«Fin del juego», un relato del escritor argentino Juan Luis Henares


Sigiloso llegó ante el Rey, pero al momento de pronunciar su discurso se sintió inhibido por su presencia. Su Majestad, con su larga capa blanca y su corona, se veía tan poderoso, tan arrogante, que tuvo temor de hablar en voz alta. Por lo tanto se acercó a otro súbdito de la corte y, casi susurrando, el Peón le dijo al oído:

—Señor Peón blanco, dígale a la Torre, que le comunique al Caballo, que le cuente al Alfil, que

«La pequeña ferretería», un relato de Homero Baeza Arroyo

Él, es un buen hombre con todas las personas, pero les tiene un especial cariño a los niños, tal vez sea por su edad o porque empieza a cerrar su círculo vital, regresando a su infancia. Les ofrece siempre, alguna golosina cuando lo visitan con sus padres.
También es muy creativo, hace con sus manos muchos y especiales inventos. Le gusta estar siempre ocupado, dice que para distraerse. Sus consejos y sus risas, siempre están a flor de labio. Tiene, y atiende solo, una

«Yo lo vi todo», un relato de Walter Ferras

Foto de Nate Cohen

Nunca voy a olvidar el sacrilegio hacia un pueblo. La calurosa tarde nos llenó de exiguas esperanzas, así salimos a la calle. El Capitolio, las plazas, los parques de La Habana olvidaron a los ingleses para ser tomados por los cubanos. Teníamos hambre, miedo, cansancio y la eufórica multitud avanzaba imparable como las incontenibles olas producidas por un huracán. Mis consignas eran sencillas “¡Comida y Libertad!” “¡Democracia para el pueblo!”, eran reclamos que para la

Viejos y nuevos paradigmas sociales

Las tecnologías de la información y comunicación están llevando a la sociedad a un nuevo paradigma de convivencia, donde lo virtual cada día gana terreno en todas las actividades cotidianas, pasando por la ciencia, la política, el comercio electrónico, la teleeducación y todos los sistemas de persuasión de masas nunca antes vistos.
El distanciamiento social y la cuarentena a raíz de la pandemia de COVID-19 está imponiendo la

«El cuarto de atrás», un relato del autor argentino Juan Luis Henares


Despierto alarmado, sin comprender lo que sucede estiro mi brazo y logro encender el velador. Mi mujer —como siempre— duerme, es indudable que no ha percibido nada. Agudizo mis sentidos y lo escucho de nuevo: es un sonido desconocido, podría decir inhumano, que proviene de la parte trasera de la casa. Pego un ágil salto y corro por el pasillo hacia el dormitorio de mi hija,

«Súcubo, súcubo…», un relato de Carlos A. Limón

“Buenas-buenas, muchachote… No hagas como si la virgen te hablara… (risas) ¡Qué chistoso, la virgen, hace mucho que no pienso en ella! En fin… ya estoy contigo, cachondón, como siempre me lo pides, ¿no?”
—¿Hmmm? Déjame dormir… no sé de… qué carajo hablas…
“Nada-nada. Tú me deseas todo el día. Desde temprano, cuando tomas primero esa taza de medio litro de café bien cargado antes

«El encuentro tan esperado», un cuento de Graciela Cecilia Enríquez

"Tal vez es hora de dejar de buscarte, tal vez ella ya no esté entre nosotros y sí es así, mi promesa hacía ti, habrá quedado incumplida"...
Allí estaba Gerardo de 70 largos años, aún conservaba una gran lucidez y una importante cordura.
Sobre todo una memoria sin restricciones, junto con una inmensa melancolía y la nostálgia de tiempos tan lejanos, que no regresarán nunca más. Su entrecejo se va ciñendo, al ir

Desde Turquía: «El que va a emergencia solo», un poema de Zeynep Tuğçe Karadağ

El modista que se le quiebran las agujas de una en una
Pensó que podía cocer su destino, se equivocó
Lo que se ve en el espejo:
Como si estuviera pensando en el botón que lo tenía preocupado
Todavía hay tiempo, para pensar

En la noche va solo con su enfermo a emergencia
El pasajero que no saludaba, es la

ENTRADA DESTACADA

Vindicación del Caos · por Alberto Jiménez Ure

En el vasto escenario de la naturaleza y la destructiva influencia del hombre, surge la "Vindicación del Caos" de Alberto Jiménez...