Después de haber firmado, con su propia sangre un extraño y singular pacto diabólico, se negaba a entregar completamente su alma, por el temor a morir y sufrir los más crueles y despiadados tormentos, que le pudieran arruinar su juvenil y hermoso cuerpo.
En un momento de desesperación, invocó a las fuerzas más oscuras en el tenebroso plano del submundo, con el Dios más cruel y despiadado, que la humanidad haya conocido.