uno se va a morir a solas a solas en lo oscuro
lejos de lo que uno fue o creyó ser
uno se muere entre los sentimientos más simples
en la sorpresa enorme de estarse muriendo
uno se hace un hueco en la oscuridad
y se echa ahí como un animal.
•
estoy bajo un cielo pálido
por siempre el pálido inmenso silencio
y era dentro de mí como una floración
un despertar al otro lado
y yo quería saber
pero sólo me fue dado preguntar
el otoño se tensa como un arco
la lluvia también se desplaza hacia el sueño
lentamente recupera su sombra
se inclina como un sauce
cae
Gloria Gervitz (Ciudad de México, 1943 – San Diego, 2022) se consolidó como una de las voces más singulares de la poesía mexicana contemporánea. Proveniente de una familia de ascendencia judía ucraniana, desarrolló una labor literaria que osciló entre la escritura y la traducción, vertiendo al español la obra de figuras cardinales como Anna Ajmátova, Lorine Niedecker, Marguerite Yourcenar, Samuel Beckett y Clarice Lispector.
En 1969, con apenas veintiséis años, emprendió la escritura de Migraciones, un extenso poema en proceso continuo, cuya primera edición vio la luz en 1979 y que desde entonces fue reconfigurado y expandido en sucesivas publicaciones. Este proyecto poético, entendido como un organismo en permanente mutación, constituye el núcleo de su obra y ha sido puesto en diálogo con creaciones de largo aliento como Los Cantos de Ezra Pound, Cántico de Jorge Guillén, la Poesía vertical de Roberto Juarroz o la escritura de Saint-John Perse.
El reconocimiento a su trayectoria culminó en 2019 con la obtención del Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, otorgado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile, distinción que refrendó la relevancia de su propuesta lírica en el ámbito hispanoamericano.
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