Otros autores acerca de la obra de Francisco Álvarez Koki

La poesía de Francisco Álvarez está atiborrada de imágenes insólitas: «y lo negro fue cobre / y el grito fue bamba» y de oxímorones: «tartamudeo el silencio». Continúa, asimismo, una larga tradición (Shakespeare, Calderón) al observar al mundo como un gran escenario donde «una sombra de ombligo… se cierne sobre la sinalefa de mi tiempo». A ratos también juega con las herencias de la sabiduría popular en sus refranes trastocados «ya muerto el poeta / murió la rabia», o traiciona las expectativas como cuando escribe: «me siento como un niño pequeño / agarrado a la falda de mi dolor». (Miguel Falquez Certain).

Dos cuentos de Paulina Luisa Sarfson

Indulto   
                                         
No había logrado dormir, la cita con la muerte ya tenía hora pautada. Su estómago revuelto apenas si podría tolerar un café negro. Pero aún con náuseas y resistencia, la condena se llevaría a cabo.
Rogó a Dios por su salvación y la de todos ellos. Luego vendría la confesión ante el sacerdote. Aún aguardaba un milagro, el indulto del gobernador. La esperanza intacta hasta el último segundo. Un perdón desestimado. No hubo compasión ni clemencia. 

Selected Poems of Francisco Álvarez Koki

Francisco Álvarez Koki: A Guarda, (1957). Escritor gallego y animador cultural. Autor bilingüe residente en Nueva York, donde fundó el colectivo Celso

Your body's punctuation 

From this point I wonder. . .
About the ellipsis and the commas
Only familiar to your body and me.
I’m now filled not only with sadness
But also with the geography of silence.


Sonata to a body bathing in a tub 

Like a vessel, the bathtub
Rocked you in time,
And I was your silence
Across the water.

'Sensaciones', relato de Juan Luis Henares


La escena en esta soleada mañana es de ensueño: el viaje en el Auto Unión DKW Universal celeste —modelo 1963, herencia de papá—, el sonido característico de su motor dos tiempos sumado al aroma de la mezcla nafta-aceite, un serpenteante camino cubierto de hierba, el arroyo con pequeños peces de colores en sus cristalinas aguas, los pájaros en vuelo sobre las copas de los árboles y el concierto de sus cantos, la fragancia de las flores y la bella casa de madera junto al bosque de pinos. 

'Cadáver exquisito', un cuento de Laura Ximena Flores Daza


El sonido de una voz que habla sola, las putas arañas negras, el cuarto blanco y madera vacío, la sombra débil, tenue, sombría, sobria, palpita…lo que no se dice, lo que no se escribe, lo que no se hace, lo que no se espera, la muerte, la vida, espero no desesperarte…otro día, otro sueño, la llama, el deseo, no creo en dragones ancestrales, en dios o en mí, creo en vos todo poderoso que haces de la imagen un cuento…resucitándoles…

Artículo: 'Congreso inhabilita a Martín Vizcarra', de Raúl Allain

El Congreso de la República oficializó el sábado diecisiete de abril la inhabilitación política del expresidente Martín Vizcarra Cornejo (2018-2020) para ejercer cargos públicos durante diez años. Esta medida se aprobó el pasado viernes (16 abr. 2021) tras someter al exgobernante a un juicio político por haberse vacunado contra la COVID-19 en el marco de su vinculación con el caso 'Vacunagate'. 

'Viven porque están muertos', cuento de Francisco Coloane

Fotografía de Diego San (en Unsplash). Public domain.

El amor es un estado patológico que dura más en los débiles y menos en los fuertes -dijo el joven mirando fijamente a la señora de más o menos cuarenta y cinco años de edad, que estaba a su frente.
La otra mujer, de tipo extranjero, que escuchaba la conversación en el departamento, levantó sus bellos ojos verdes con un parpadeo en el que no se podría decir si había coquetería o súplica.

'La burbuja de cristal', cuento de Lucía Scosceria de Cañellas

Fotografía de Jordan Rogers (en Unsplash). Public domain.

Yo tenía una burbuja de cristal, era chiquita y estaba en un lugar desconocido. A veces estaba sola, bueno, casi siempre, así que pensé en encontrar a alguien que estuviese ahí conmigo para compartir pensamientos, emociones, risas y lágrimas.

Pensé que no sería difícil, sólo necesitaba dos cosas. Que yo amara a esa persona y que ella me amase a mí. Pero con el correr del tiempo me di cuenta que ese alguien especial no existía. Para olvidar tanta soledad ocupé los espacios vacíos que había adentro con palabras, dibujos, pinturas, y a veces, con algunas canciones.

Artículo: 'Prensa y poder en el Perú', de Raúl Allain

Con honrosas excepciones, una de las cuales son diarios que ejercen con eficacia un periodismo independiente y objetivo, el panorama de la prensa nacional está signado por la manipulación de la información y la desinformación.
En el Perú, la mayoría de empresarios periodísticos utilizan su poder para dictaminar qué enfoque deben tener las informaciones, cuáles serán omitidas o manipuladas, qué campañas periodísticas hay que hacer para favorecer o desprestigiar a alguna persona o algún sector de la sociedad.

'El relato de Ortner', texto perteneciente al libro 'Heliópolis', de Ernest Jünger

  Fue en otros tiempos, y callaré el nombre que llevaba entonces. No merece pasar a la posteridad. Me sentía desdichado, arruinado en cuerpo y alma y, además, por mi propia culpa. Mis padres no habían ahorrado gastos y esfuerzos en mi educación. Cursé estudios superiores y nunca me faltaron medios para mis viajes e investigaciones. Pero había fracasado; el despilfarro, el vicio y la pereza me hundieron en la ruina total. 

Poemas: «La chica de la cafetería» y «El hijo del campesino», de Daniel Gómez

La chica de la cafetería


Salia todas las mañanas al campo, 

ese campo verde y lleno de casinas y de hórreos

aquí y allá. El iba contento, feliz

de estar al fin en el pueblo patriarcal,

y así entraba a la villa, 

por sus senderos de raquíticas serpientes; 

'Pájaros de metal', relato de Juan Luis Henares

Desde pequeño tenía la costumbre: al escuchar el sonido de los motores, partía raudo al patio para verlos volar. Corría apasionado casi sin ropa desde su cama, o cubierto con la toalla si estaba en la ducha. A menudo se mojaba bajo la lluvia y, en días de sol, hacía visera con sus manos y se cubría de los rayos que le molestaban e impedían observar sus piruetas.
Al principio los hizo en papel; luego con cartón mejoró sus modelos. Pronto su padre le fabricó uno en madera que pasó a ser su juguete preferido; estas máquinas voladoras que deseaba algún día pilotar, eran su vida y soñaba —dormido o despierto— con ellas.  

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