Desde la Rama del AvellanoConocí a una señoritaen una calle casi desiertaojos de avellanay pequeños pies de algodónsus piernas nadaban cercanascomo una amorosa truchasus ojos eran árbolesdonde los muchachos se recostabanmanos en la oscuridad y
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'El oso en una calle de Delhi', poesías de Earle Birney
Poema: «La tercera dimensión» y «Estadias en el mundo paralelo», de Denise Levertov
Quién me creeríasi dijera, “ Me agarraron yme abrierondel cráneo a la entrepierna, ytodavía estoy viva, yme paseo complacida con
Poemas inolvidables de Gwendolyn MacEwen
Poemas en Braille
Itodas tus manos son verbosahora tocas mundos y sientes sus nombres-a través del objeto hacia el nombreno en el sentido inverso (en inviernoYo soy Midas, mi nombre es oro)la silla y la mesa y el librose extienden desde tus dedos;todos tus movimientos
Poema: «Olvidando», de Vahan Tekeyan
Olvidando, sí, me olvidaré de todo.Uno después de otro. Los caminos que he cruzado.Los caminos que no crucé. Todo lo que ocurrió.Y todo lo que no ocurrió.No voy a seguir transportando,ni arrastrando el pasado silencioso, o ese "yo"que era más hermoso y más grandede lo que jamás podría haber sido.
Dos cuentos de Dino Buzzati
Una muchacha que cae
Con despecho comprendió que una treintena de metros más abajo otra muchacha caía. Erasin dudas más bella que ella y llevaba un vestido de media tarde con mucha clase. Quién sabe por qué, la otra descendía a una velocidad muy superior a la suya, hasta el punto que en pocos instantes la distanció y desapareció allá abajo, a pesar de los llamados de Marta. Sin duda iba a llegar a la fiesta antes que ella; tal vez era un plan calculado de antemano para suplantarla.
'Sredni Vashtar', relato de Hector Hugh Munro 'Saki'
Conradín tenía diez años y, según la opinión profesional del médico, el niño no viviría cinco años más. Era un médico afable, ineficaz, poco se le tomaba en cuenta, pero su opinión estaba respaldada por la señora De Ropp, a quien debía tomarse en cuenta. La señora De Ropp, prima de Conradín, era su tutora, y representaba para él esos tres quintos del mundo que son necesarios, desagradables y reales; los otros dos quintos, en perpetuo antagonismo con aquéllos, estaban representados por él mismo y su imaginación. Conradín pensaba que no estaba
Raymond Carver | Vecinos
Bill y Arlene Miller eran una pareja feliz. Pero de vez en cuando se sentían que solamente ellos, en su círculo, habían sido pasados por alto, de alguna manera, dejando que Bill se ocupara de sus obligaciones de contador y Arlene ocupada con sus faenas de secretaria. Charlaban de eso a veces, principalmente en comparación con las vidas de sus vecinos Harriet y Jim Stone. Les parecía a los Miller que los Stone tenían
Selección de poesía | Jeton Kelmendi
Acortando distanciasDespués de la noche de hoyDisfrutando de la mañana.Después del mañanaDe vuelta a otra noche.Estoy más cerca de ti.Yo y tú, nos soñamos.
Dos poemas de 'Mariné Petrossian'
SE TERMINÓ TODO
Quiero que nieve tantoque yo me sorprendame sorprenda tanto queno pueda hablarno pueda caminar
que nieve tanto
Poema: «Porque fui todas las cosas», de Lorna Goodison
Porque fui todas las cosas...Porque fui todas las cosasespíritu salvajeabadesaMagdalena.Ahora inicio el orden de la graciame hago dueña de la llave de las posibilidades.Todo lo que no soporto ver, o lo que adoroen otros, está en mí.
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Vindicación del Caos · por Alberto Jiménez Ure
En el vasto escenario de la naturaleza y la destructiva influencia del hombre, surge la "Vindicación del Caos" de Alberto Jiménez...
