La poesía de Juan Carlos Vásquez. Selección

Mahdi Dastmard

Pocas veces un autor ha logrado antes plasmar con tanta crudeza el escepticismo del hombre contemporáneo como lo ha hecho el poeta venezolano Juan Carlos Vásquez. Sus versos configuran una poética del desencanto, describen un mundo “desangelado”, donde las pocas ilusiones que le quedaban al siglo XX se han transformado en las pesadillas del XXI. El poeta apela a lo autobiográfico –es mayoritariamente la suya una poesía del yo- para ilustrar con la primera persona del singular el nosotros general, sumido en las perplejidades del ahora, que es un tiempo amenazado no ya por las dolorosas reminiscencias del pasado o por el chantaje del porvenir, que proyecta su sombra sobre el presente prometiendo arruinarlo todo en cualquier momento; en la poesía de Vásquez el mal –que es un mal político (lo objetivo por antonomasia) y a la vez subjetivo- es parte de la esencia misma de ese ahora fatídico. Agudamente, el autor no se separa de eso que contempla, sino que se sabe inmerso en ello como parte constituyente y principal. Vásquez no condesciende a la lástima ni a un simple desasosiego; no tiene la mirada del observador omnisciente y separado, que contempla y juzga y que moraliza satisfecho. Tiene la visión de quien se sabe manchado por esas mismas lacras, por el hecho de ser contemporáneo y así, configura una metáfora general, aplicable a toda la especie: una crueldad en verso libre, tan bien lograda como poéticamente eficiente. En la poesía de Vásquez el mal –que es un mal político (lo objetivo por antonomasia) y a la vez subjetivo- es parte de la esencia misma de ese ahora fatídico. Luis Benítez.




Corpus

Desde los ángulos con su deudas
hasta la orilla,
antes de respirar todo cuanto pienso
que es mi imaginación
todo cuanto choca pregunta
y algo vuela se corta
se hace una jungla
una mitad disputándose el cerebro.

En las paradas de autobuses,
en la cama,
en la biblioteca interfiere.

Al verme ser desde lejos
uno de nosotros como un teatro,
entonces cambiamos el otro actúa
y el otro se sienta.

Un lado de otro lado,
algo bajo el nombre
buscando una dirección
para unirnos de nuevo
pero ninguno sabe como
ni cuándo.

 

Celebraciones y despedida

Con el paso,
sin lugar a dudas las
muertes,
llegamos a noche y no
hemos tocado
absolutamente nada
para detener lo de
morir.

Nunca tan indeciso
tan parado ante los
estribillos más
estúpidos y banales,
embruteciendo,
aburrido, hinchado…

a través de una
ampliación
de tantas veces
con el resultado de tantas veces.

Ahora a romper,
a quebrar
a excederse hasta el
límite después de la
tonta pausa del miedo.

 
Iluminaciones y fisuras 

Hemos llegado hasta
aquí por una
pendiente
moviéndonos entre el
margen de extremo a
extremo,
bebiendo en las
oscuras ciudades el
líquido de la
expectación,
empujándonos a través
del paso,
dando la vuelta a la
vacía esquina y a todo
lo que fue creado
con los órganos en las
manos
y lo inexpresable en la
cabeza
hasta alcanzar la cosa.

Algo oculto no escrito
envuelto en una
mística mortaja,
una re creación secreta
y deseada
para inspirar terribles
pensamientos.


Sanarme

¿Podrás encontrar en mi cráneo
ese quiebre, esos hilos de memoria?

¿Podrás entrar con tus dedos
y operar palabra por palabra,
re-armar un ser sin caídas 
y terminarlo antes de tiempo? 

¿Podrás atravesar con tus manos
el espacio, el muro inquebrantable
y grabar tus huellas,
para que salga un sueño, 
para desanudar la soga
oculta y hacer escaleras?

¿Podrás extraer mis parpados
cargados de velas y poner
el lenguaje de tu piel,
la tonalidad debajo
de esta esfera ruinosa
que es mi sombra,
y clamar sanado?

Bajo gasas y catetes
te esmeras y observo,
desde mi sala de voces
y torturas 
me absorbe tu distancia.


Formas

Al saltar, pensaría en volver,
cayendo.

Al caer,
un látigo partiría mi espina dorsal,
todo lo que fue vida tras una silueta
marcada con tiza.

¿Y si fuese un disparo?
el índice en la profundidad
sintiendo todo el peso,
esos espasmos como descargas 
de miedo para apagar
la luz en una noche de vísceras.

¿Y si fuesen sogas? 
el aire perdiéndose, los ojos saltando,
la sangre desviándose de la cabeza,
memorias, pintarse de rojo el rostro 
como en un carnaval.

Para el último viaje: 
rastreando con esfuerzo
la más frágil combinación
de nervios,
yéndose en un oleaje de
espasmos en las coordenadas
exactas.

Para el último viaje
la lengua serpenteando,
un químico en la falange,
las venas llenas
de vidrio viajando todo
el universo.

Para dormir soñando con vida
una noche sorda y oscura 
siempre llega masacrando 
un cuerpo lleno de amor.


La fiesta

En su esquina:
la silla,
el vino desatándose 
en forma de auxilio
para centrar un punto
y pensar mientras
se filtran mis pupilas,
para sucumbir al sonido
con los nervios rotos
y estallar de euforia.

Fiesta conmigo 
y amanezco sin rostro,
tras el latir del invierno
en júbilo secreto.

Todos los días con todos
los matices mi habitación
se inunda
y un reflejo de pirotecnias
me enceguece de esperanza...

 

Un punto en la pared

¿Por qué no hay estatuas de desentendidos?
del lugar donde no pasa nada,
es allí donde la vida es lo que es.

Sin gente que arregle las posiciones
la retina es la retina,
no hay nada destructivo en esos muertos,
que ven la pared sin salirse del punto.

Para destruir la esperanza
solo bastan palabras,
ellos ya no tienen oídos,
para complicar las razones
solo tener cordura,
ellos ya no tiene cordura,

s o l o 

v e n 

un

p u n t o 

e n 

l a 

p a r e d.


(La persona que no se es)

Nos observa como pesadilla,
repite nuestro nombre
se afinca en nosotros,
lo hace sin cuidarse disponiendo
de todos nuestros secretos
y los exhibe
hasta hacer izquierdo lo 
derecho,
fatigar, volver a fatigar
y al centro
condensando el silencio
a tu figura.


Textos pertenecientes al libro "Colapso".



Juan Carlos Vásquez  (Valencia, Venezuela, 1972). Autor del libro de relatos Pedazos de Familia (Estival teatro, Venezuela 2000). Otros textos han sido publicados en diversos volúmenes colectivos y antologías en Chile, México, Estados Unidos y España; asimismo en columnas periodísticas del Diario El Impulso (Barquisimeto, Venezuela). Integrante del grupo cultural Spanic Attack (New York 2004). Obtiene Distinciones en los Concursos de Poesía Pro lingüístico y Multimedia Premio Nosside (Calabria,Italia), Edizione 21/2005, Edizione 22/2006. Ha vivido en Tampa, FL, Nueva York, San Francisco (California)y la Coruña actualmente reside en Madrid . E MailFace- Twitter - Perfil 

Photo Mahdi Dastmard on Unsplash (public domain)

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