"En algún pergamino", un cuento de Moisés Cárdenas - Ojeé sus páginas y hallé תַּנַךְ

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Siempre sentí curiosidad por la Biblia, donde me interesé en la vida de los profetas, las profecías que escribieron, los cumplimientos históricos, las etimologías de las palabras, sus significados ocultos, los números y las señales. Desde niño, mis padres me leían pasajes de este maravilloso libro, y me mostraban el vasto universo en noches brillantes de estrellas. 
Cierto día, asistí a un encuentro bíblico que se celebraba en un amplio salón de una casa antigua. En el centro colgaba una lámpara grande con bellos cristales y faroles de diversos contornos, que

Desde Matanzas: "Frente al espejo", un texto de Rolando Reyes López - Quiero un final lleno de estrellas

Desde Matanzas: "Frente al espejo", un texto de Rolando Reyes López

Soy nuevo aquí, no reconozco estas paredes y las voces que escucho no las entiendo. Hay un hombre que se siente como una mierda. El mundo me dejó en este sitio junto a este desconocido que me mira con angustia y me acosa constantemente. Él es el hombre al que le han robado todo; le digo que no puedo imitarlo, que la virgen soberanía de mis poemas románticos lo impide.
Sáquenme pronto, extraño el lugar donde estaba antes, las mujeres que allí viven, los niños corriendo por las aceras y al anciano que reparte periódicos; allí yo era lo que quería ser.

"Ritos Funerarios", un poema bilingüe de Seamus Heaney: inglés/español".

Asumía una cierta hombría
al ofrecerme a levantar los ataúdes
de los parientes fallecidos.
Habían sido amortajados
en mancilladas estancias,
los párpados resplandecientes,
las manos blancas como el pan
trabadas por las cuentas de un rosario.
 
Los nudillos hinchados
se habían desarrugado, las uñas
estaban oscurecidas, las muñecas
obedientes miraban hacia abajo.

"Nouvelle litanie", la transgresión erótica de José Alberto Capaverde. El Seis.


Higos que caen y se abren la cabeza.
Cuerpos desnudos que son palmeras ebrias. 
Granadas abiertas de piernas menstruantes.
Ojos brunos que lloran lagunas. 
Cabellos más negros que la maldita oscuridad. 
Mojada el alma, busca refugio en un cuerpo vacío. 
Campana que se ha quedado muda, tiene fiebre. 
Aves que caen muertas a millares, el viento ha fenecido. 
Lluvia de cocos. 

"Las veinticuatro horas del día", un relato breve de Adrián Sosa - Sabemos donde encontrarlo, en la avenida fatal

"Las veinticuatro horas del día", un relato de Adrián fino Sosa

Regreso caminando. Siempre al mismo lugar. La distancia muere cada día bajo mis pies congelados. Descalzo, abrazado a mi interminable condena, las tinieblas y el humo del camino dispersándose en el silencio. Todo me cuesta trabajo, incluso respirar. Caminando lento, regreso al dolor.
Lo ven llegar, arrastrando los pies, descalzo, un paso tras otro. Seguro esta pensando en esas cosas, como siempre lo hace. Revive una y otra vez las imágenes. El accidente, seres amados atravesando las ventanas de la camioneta. Lo ven yendo de esquina a esquina por el cantero central. Descalzo, congelado. Le cuesta respirar. Lo ven.

"Una muestra poética del autor vallisoletano Juan Herrero Diéguez"

11 vueltas de reloj a 10.000 metros de altura sobre el Atlántico Norte

Encima de las nubes apenas se distingue
la línea que separa cielo, mar y horizonte.
No hay límite de espacio para el alma que busca.
No hay límite de tiempo para el viaje que espera
hallar tras la vereda la luz de la penumbra,
el rastro de la huella que habita en el instante.
No hay límite de vida para quienes persiguen
acabar con la sed a pesar de la lluvia.

Frédéric Beigbeder: Socorro, perdón. Capítulo primero

Me volví totalmente loco el año en que cumplí los cuarenta. Antes fingía ser normal, como todo el mundo. La verdadera locura aparece cuando cesa la comedia social. Fue después de mi segundo divorcio. Me quedaba poco dinero; había abandonado mi país. Había amado, amaría de nuevo, pero esperaba poder prescindir del amor, ese «sentimiento ridículo acompañado de movimientos sucios», como dice Téophile Gautier. Como además había dejado todas las drogas duras, no veo por qué el amor debía constituir una excepción. Por primera vez desde que nací, vivía solo y me proponía disfrutarlo por un

Una muestra poetica de María Karla Larrondo

Casandra

castigo al apetito que roba mi aliento
me bautizaron con el arte de coser historias
y me maldijeron por contarlas
exijo mi corona de fuego y el trono de mi padre.

Pandora

muerdo la imagen que refleja el espejo
nacen de mí los pecados como

"Entrevista con Claudia Contreras por Juan Carlos Vásquez: Erotismo, Sociedad Conservadora y Literatura en 'C Desnuda la Piel'"

"Pocas cosas me parecen obscenas y muchas eróticas": Entrevista a Claudia Contreras por Juan Carlos Vásquez

Claudia Contreras, una mente en constante búsqueda y enemiga de lo formal, nos sumerge en una conversación sobre el erotismo, la sociedad conservadora en la que vive, y su evolución como escritora. A través de sus palabras, nos lleva a explorar los límites de la imaginación y los placeres que pueden volverse nocivos. Además, nos ofrece una mirada profunda a su experiencia con el podcast "C desnuda la piel". Claudia nos invita a un viaje por su mundo literario y erótico, desafiando convenciones y compartiendo sus reflexiones más íntimas.

"Síntomas", un relato breve de Yessika María Rengifo

Se han ido los días. Volvió a mirar al cielo como ilusiones que traía el calostro que brotó de su pecho izquierdo. Una ilusión que se esfuma ante los resultados de la ginecobstetra de turno, pero que el llanto no entendería. No sería madre. Las náuseas, los mareos, y el sueño constante, son síntomas de sus ovarios poliquisticos y el pecho inflamado. El niño o la niña de sus ojos vendría en otro otoño. 

"Historia de una foto" y "¿Locos o cuerdos?", dos relatos de la escritora española Rita Morrigan

Rita Morrigan

¿Locos o cuerdos?

Cerca de donde vivo hay una ciudad grande. Allí vive una mujer que todo el mundo dice que está loca. No sé mucho de ella. Tendrá unos sesenta años y pasa el día caminando de un lado a otro. Arrastra un carro de supermercado repleto de cosas, vestida con toda la ropa que posee.

'Relato: El galope del caballo', por Francisco J. Barata Bausach

'Relato: El galope del caballo', por Francisco J. Barata Bausach

He tenido que salir de casa antes de que vuelva mi novia, Irma. Si me ve como estoy ahora, con el mono que llevo encima, me corre a hostias hasta Nueva Caledonia del Sur, que no sé por donde está, pero debe estar muy lejos.
Me avisó, me dice “deja el jaco”, le digo “yo controlo”, me dice “eso dicen todos”, le digo “solo quiero probarlo”, me dice “no me jodas Paco”. Y de probarlo, pase a consumirlo, pase a esconderme de Irma, pasé a gastarme mi mierda de sueldo y pasé a engancharme, todo ello sin darme tiempo a controlarlo.

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Vindicación del Caos · por Alberto Jiménez Ure

En el vasto escenario de la naturaleza y la destructiva influencia del hombre, surge la "Vindicación del Caos" de Alberto Jiménez...