'Un paisaje sin límites', relato de Ronnie Camacho Barrón

Jamás había conocido a alguien como tú, usualmente la mayoría sale corriendo cuando me ve, pero tú eres distinto, en lugar de huir, te emocionaste por mi presencia e incluso, me has invitado a tu casa a beber unas cuantas cervezas.
Me agradas, eres el primero que no solo se ve como yo, sino que también, me recuerda a mí cuando era más joven.  

'Vaticinio', cuento de J. R. Spinoza


La primera vez que sospeché que mi hijo podía predecir el futuro fue durante el cumpleaños número ochenta y uno de mi padre. Les invité a cenar a mi casa. Compramos un pastel de tres leches para partir después de comer. Recuerdo que coloqué las velas en el pastel, como mi padre hizo tantas veces en mis

'Chicago bebe más que nunca', texto perteneciente a Ernest Hemingway | Artículo publicado en el Toronto Star

The Toronto Star Weekly 
2 de julio de 1921 

    
Chicago. Durante una temporada después de la promulgación de la Ley seca, una aureola romántica surgió en torno a la obtención de alcohol en Chicago. El bebedor astuto solía hacer signos cabalísticos al camarero atento. Florecieron los cultos del dedo en alto y el manoseo de la oreja. Había cierto orgullo en el hecho de «ser conocido». Todo esto ya ha pasado. 

'Scrat y La Bellota', relato de Fabiana A. Duarte


Apenas pongo un pie dentro del departamento escucho ruidos.
Gemidos. En un microsegundo la tensión se me acumula en la boca del estómago. Me fui hace unos quince minutos, caminé cinco cuadras y me volví porque olvidé la orden para el análisis prenupcial. Leo no vino conmigo porque hoy tenía cosas que hacer por la mañana.

"Urbanos", poemas de José Luis Machado


Elige

Valor para hablar
o para sentarse y escuchar
monedas
con un mismo valor.

?

¿De qué estamos hechos?
carne,
alma,
ignorancia...
de esa palabra estamos hechos.

'El mosquito', relato de Juan Luis Henares


El giro del ventilador es demasiado lento; deposita algo de aire en mi cara pero no alcanza a secar la transpiración. Para colmo es tanto lo que demora en dar la vuelta completa… Hace calor; miro el reloj en la pared: ocho de la mañana. La sala de espera en la guardia del Hospital de Niños se encuentra llena de gente.

'Algo que hacer', texto perteneciente al libro 'Contemplaciones', Zadie Smith


Si te dedicas a crear, si eres un «artista» de la índole que sea, en algún momento te preguntarán —o tal vez te lo preguntes tú mismo— «por qué» actúas, esculpes, pintas o lo que sea. En el mundo de la escritura se diría que esa pregunta no envejece nunca: siempre habrá, en cada generación, más gente de la cuenta que sienta el impulso de plasmar sobre el papel una reflexión titulada, inevitablemente, «¿Por qué

'Postludio: Lo trágico del silencio', texto perteneciente al libro 'Historia del silencio, del renacimiento a nuestros días', Alain Corbin


«En el silencio no hay sólo un elemento sano, amable; hay también un elemento oscuro, telúrico, terrible, hostil, que puede surgir del fondo del silencio, infernal, demónico», escribe Max Picard.

A lo largo de la historia de Occidente, la primera forma de angustia suscitada por el silencio lo es por el silencio de Dios, por aquello que Georges Simón considera la «inmensa epopeya del silencio de Dios».302 Hemos

Poemas para Alejandra Pizarnik: "Blusera", de D.R.Mourelle


Decir no
como en un canto de perros
dormir muliplica
maestros
para morir sus lecciones
tonadas rotas
bajo el hacha de una lágrima
vacilante
de tan bella
horrible
monstruo joven
de tan espanto
confiable

muda para otros

Poemas para Alejandra Pizarnik: “En medio la muerte", de Ivana Simeoni


Soy a pesar del viento
un cuerpo duro
un antes, en membranas
y del ahora
esa sensación de calma.
Soy a pesar de un rayo
algo blanco
la derretida, soy
la vela apagada.
La muerte con el cuerpo
se equivoca,
nos eleva mudos
atentos
por callarlo todo.


Ivana Simeoni, Rosario Santa Fe Argentina.


(Texto perteneciente a «Poemas para Alejandra Pizarnik», Ivana Simeoni.)


Dos poemas de Gustavo Tisocco


De pequeño me decían
-no vayas al río-
que puedes morir.

Yo me sumergía en profundas odiseas,
nadaba entre espasmos tórridos
y gemía en el agua.

Buscaba cada vertiente
y cuanto mas profundo
el limite líquido-aire
traspasaba mi cabeza inquieta,
más brincaba mi corazón,
más estallaba mi sexo.

Poema para Alejandra Pizarnik, de Rolando Revagliatti


Tambien están -sondeo en el espejo- las ataduras

los objetos infinitesimales

albergados en la disonancia
los influjos lerdos atisbando
ralos

lo que aún crece.

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