2 de julio de 1921
Chicago. Durante una temporada después de la promulgación de la Ley seca, una aureola romántica surgió en torno a la obtención de alcohol en Chicago. El bebedor astuto solía hacer signos cabalísticos al camarero atento. Florecieron los cultos del dedo en alto y el manoseo de la oreja. Había cierto orgullo en el hecho de «ser conocido». Todo esto ya ha pasado.