Albada
El mundo era muy grande. Después
el mundo era pequeño. Oh,
muy pequeño, tan pequeño como
para caber en un cerebro.
No tenía color, era todo
espacio interior: nada
entraba ni salía. Pero el tiempo
igual se filtraba, ésa
era la dimensión trágica.
Yo me tomaba el tiempo muy en serio en aquellos años,
si no recuerdo mal.
Una habitación con una silla, una ventana.
Lina ventana pequeña, llena de los dibujos que hace la luz.
En su vacío el mundo
siempre estaba entero, no
era un trozo de algo, con
el yo en el centro.
Y en el centro del yo,
un dolor que no me sentía capaz de superar.
Una habitación con una cama, una mesa. Destellos
de luz en las superficies desnudas.
Yo tenía dos deseos: deseo
de estar segura y deseo de sentir. Como
si el mundo estuviera tomando
una decisión contra lo blanco
porque desdeñaba la potencia
y quería en cambio la sustancia:
paneles
de oro donde daba la luz.
En la ventana, hojas
rojizas del haya roja.
Fuera de la quietud, los hechos, los objetos
desdibujados o unidos: en algún lugar
el tiempo conmueve, el tiempo
reclama el contacto, ser
palpable,
la madera pulida
que resplandece con las distinciones-
y entonces fui una vez más
una niña ante la riqueza
y no supe en qué consistía la riqueza.
La nueva vida
Dormí el sueño de los justos,
después el sueño de los no nacidos
que llegan al mundo
culpables de muchos delitos.
Y nadie sabe al principio
cuáles son estos delitos.
Sólo se sabe después de muchos años.
Sólo después de una larga vida uno está preparado
para entender la ecuación.
Ahora empiezo a percibir
la naturaleza de mi alma, el alma
que habito como castigo.
Inflexible, incluso en el hambre.
En mis otras vidas he sido
demasiado precipitada, demasiado ansiosa,
mi precipitación fue una causa de dolor en el mundo.
Arrogante como un tirano;
pese a toda mi ternura,
de corazón frío, como los superficiales.
Dormí el sueño de los justos;
viví la vida de un delincuente
que paga lentamente una deuda imposible.
Y morí, culpable de
de una especie de crueldad.
* Poemas pertenecientes al libro Vota Nova.
Louise Elisabeth Glück es una poeta estadounidense en lengua inglesa. Fue la duodécima poeta laureada por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. El 8 de octubre del 2020 se anunció que ganó el Premio Nobel de Literatura. +
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