Él se llamaba Pierre, o cuando menos así se le conocía, en esa colonia destruida, y apartada, donde no pasa ni siquiera un ave moribunda. Él tenía como diez años, que salía a trabajar, y regresaba a hogar, se sentaba, prendía un cigarrillo, se acercaba una botella de leche, y entre fumada y sorbo, miraba el cine de su mente. No tenía esposa, ni siquiera una amante, tenía una muñeca de plástico, con algunas características "humanas", siempre estaba al lado contrario de la mesa, para que pareciese que era su compañera, que tenía una mujer, y que no estaba tan solo. Afuera se escuchaba cómo combatían los de derechas e izquierdas, por el control de una metrópoli hecha cenizas.
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Los versos de Johan Reyes: Explorando la profundidad del ser
CapónSiempre dejo los testículos guardadosbajo la camamejor en el jarrónpara que nadie los note.Aprendí a ocultarlos observando a papá.Él los usaba sólo en casacon mis hermanoscon el perrocon las costillas de mamá.-Hay que tener cojones, decía.porque el machotiene el sexo expuesto/desprotegido/vulnerable.
Desde Montevideo: Hambre y Cerrojos - Crónica de Adrián Fino Sosa
Sobre la textura suave de tu cuerpo no descanso, brillo y bailo sin control. Mi alimento, el nutriente primario que proviene de tus senos turgentes no me llega y ya no tengo colores en esta neblina de tiempo perdido. Casi como un lamento me desvela el deseo de morder, de llevarte a mi boca y de explorarte en la ceguera del amor. Cargo con la traición de los sentidos en este hastío, giro ciego en esta calesita infinita, giro, es todo lo puedo decir.
Ahora debo salir a ganarme la sangre que me falta para no sumarme al descanso triste y frío del desencanto. Los colmillos comienzan a asomar en mi boca pálida y tiemblo por los nubarrones que llegarán antes de la media noche.
Historias profanas - De Gardel a Sarli. Un artículo de Edinson Martínez
En la ciudad donde he vivido siempre, durante mi niñez y parte de la adolescencia, había dos salas de cine emblemáticas, estaban ubicadas en el mismo perímetro urbano de su casco central, frente a la plaza principal de aquel bucólico pueblo de entonces. Uno de aquellos cines exhibía las novedades de la pantalla grande que llegaban con el retraso comprensible para un apartado pueblo a orillas del lago de Maracaibo lleno de migrantes europeos y gente venida de todas partes atraída por la explotación petrolera.
"Ahora que me llamas bruja": El hechizo poético de Marisol Santiago en tres actos
Marisol Santiago conjura un hechizo poético en tres actos, revelando un viaje desde la penumbra hasta la liberación. En la primera parte, "Ahora que me llamas bruja,” la oscuridad se incrementa. La narradora enfrenta la derrota, marcando una cruz sobre el pasado de una relación. Este segmento emana oscurantismo, un personaje desgarrado por la traición y el engaño.
Attilo Lolini el poeta pesimista y su sarcasmo
Attilio Sigismondo Lolini (Radicondoli, 9 de mayo de 1937 - San Rocco a Pilli, 22 de junio de 2017) fue un poeta y periodista italiano.
Quién se acerca al mundo de la poesía italiana contemporánea no puede dejar de leer Attilio Lolini. Su obra es un regalo de gran originalidad para el lector. ¡Quién sabe dónde el poeta aprendió como intentar lo nuevo! Los versos de Lolini expresan la vida tal cual es. Su poética aparentemente simple, usa un conjunto de procedimientos textuales que la configuran y la ponen en un contacto violento con la tradición poética canónica.
'No te apresures en llegar a la torre de Londres porque la torre de Londres no es el Big Ben', relatos de Eugenia Gallardo
No es fácil asesinar a la fantasía. Lo intentaron monjas construyendo internados de dos pisos. Lo pretendieron tías evangelizando sobrinas en las montañas cuchuma-tanas. Probaron hombres fornidos, de labios carnosos y manos suaves. Países de todo el planeta aprendieron a lanzar cantos de sirena para ensordecerla al menos ya que se negaba a morir. Por algún tiempo la adormeció la hipnosis. En otro momento se dejó engañar por un diván negro, un viejo preguntón y un libro de notas.
'El tango de la viuda', y otros poemas de Madeline Millan
Los poemas de Madeline Millán, incluyendo "El tango de la viuda", presentan un enfoque interesante sobre la muerte, la soledad y el amor. El poema "Tango de la viuda" es una reflexión sobre la pérdida, donde la autora se comunica con un hombre por teléfono mientras revela la muerte trágica de su pareja actual. Millán usa una metáfora de baile para expresar la idea de la vida, y que hay que aceptar los giros y los cambios en el ritmo del mismo. El poema "Lección de baile 1" es una exploración de la idea de que el baile y el bailador no se pueden explicar, que se deben sentir, y que la música puede servir para desbloquear las emociones en la tragedia.
Una muestra poética de Sameh Mahgoob, en traducción de Khaled Salem - Las voces de las victimas en la sala
Los míos se traicionanEn un lugarNo visibleDe este mundo solitarioUn angelito gimede ser huérfanoSe queja una hierbabajo el peso de rastreadoImpulsado por sangre ilegalGime la esperaEn la vieja estación de trenesen JafaSe permite una mujerSu patente de hembraa una fiera humana que se la comemientras testifica que no hay dios
"ÁngelDiabla", un relato de Adrián "fino" Sosa - Ella me paso el porro
Llegue buscando a Alicia. Golpee la puerta descascarada de la casa ocupada esperando que ella me abriera, pero no. Me atendió Violeta, después de un rato me enteré que se llamaba así. Era rubia, delgada y con los ojos más azules que jamás había visto en mi vida. Tenía en brazos una bebé tan rubia como ella colgada de su pecho izquierdo que se alimentaba como si no hubiese mañana. La niña tenía cuatro meses, de eso también me enteré después. Apenas nos vimos a los ojos con Violeta supimos que algo iba a suceder.
Una muestra poética de Aníbal Malaparte - Los que temen denunciar están muertos
En esta ciudad huele a muerte,todos están muertos, pero no lo saben aún,son cadáveres usurpando el aire de los vivos,los que temen denunciar están muertos,los que voltean a otro lado están muertos,los que fueron a votar están muertos,los que dicen no es mi pedo están muertos,los que piensan se lo merecen están muertos,los que dicen yo jamás me enteré están muertos.
Antonia Pozzi, la poeta que en su amor hizo de la muerte vida. Texto y traducción (español/italiano) por Yuleisy Cruz Lezcano
Antonia Pozzi fue una poeta y filóloga italiana nacida en Milán en 1912. Creció en el seno de una familia adinerada durante el periodo del fascismo italiano, lo que la llevó a vivir dividida entre la evasión y el empeño que provocaron una crisis personal profunda que marcaría su visión de mundo.
Su padre Roberto Pozzi fue un brillante abogado simpatizante del régimen de Mussolini, mientras que su madre, Carolina Cavagna Sangiuliani di Gualdana, fue una condesa, por lo que disfrutaron de cierto estatuto social.
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