Pequeño que vives de la caridad y de los golpesNiño que vives de la calle, del frio de las paredesDe la humedad de la neblinaDe las aguas estancadas de un rio que no correToma ahora que puedes mi tristezaToma ahora que puedes las misericordias de los paseantesTómalas ahora porque llegará el día en que todos a la vez te apuntemos con el dedo
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«Expiar», un poema de César Joao Urviola Ipanaqué
Desde Sonora: «Instantánea en el umbral», un poema de Aziz Córdova
Imagina una aguja acercándose con parsimonia ululantea la superficie de un asteroidey al caer, al impactarse contra la huérfana roca, nosotrosexpectantes del ruido metálico anegando los confines,haciendo eco en nuestro pecho campanario,ese panal de cristales y panderos,solo encontramos: el silencio.Sabemos de lo indecible (naturaleza, peso, el costo de su
Dos poemas de Raquel Pietrobelli
Hojas secasLa muerte se anda mostrandoen esas hojas deformes,esqueletos sin historiatristes duendes de la nada,son las venas saturadasde vidas desvanecidas.Rezagos de savia inútilcon las pulsiones tardías,en su mortaja de hilachasvan silbando sus desgarrosen cierto baile macabro,zombis de otros tiempos
«Amor, virus, muerte y rompecabezas», un relato del autor colombiano Héctor Medina
2. Aunque la mañana se torna fresca y lozana, el sol calienta a toda potencia. La cama de Roberto está pasada por el sueño intranquilo de la noche, la sábana en el suelo, las hojas de cuaderno con notas y corazones por todas partes; hasta lapiceros de tintas regadas por doquier. Se acerca a la ventana, con la mano en el rostro, pensativo en algo que desde su ser más interno no comprende y que huele a sangre golpeada sobre su pecho.
«Negras ojeras», un poema del autor aleman radicado en Cuba Yanic Schebsdat Rivero
En una sala de esperahabita sola, desecha,una madre que cosechaespinas: negras ojeras.Ella aguarda una enfermera,un médico, algún doctor,que le diga por favorcómo se encuentra su niño.Le hace falta su cariño,no aguanta ya más dolor.Seis meses de operaciones:el cáncer no se detiene.El niño en la piel retiene
«La mordedura de Bartleby: consideraciones a propósito de una indiferencia viral», un ensayo de Gabriel Hernando Garay Bohórquez
Estos dos últimos años habrían de servirnos para replantearnos varias nociones y perspectivas sobre nuestra experiencia civilizatoria en el mundo, así como para esbozar un sistema inmunológico que procure salvaguardarnos de otro tipo de contagios, de los que se habla a menudo, pero sobre los cuales no siempre se toman medidas precisas para protegernos.
La pandemia acontecida a propósito del COVID-19 procuró, aunque momentáneamente y
Una muestra poética del Dr. (c). Washington Daniel Gorosito
Latidos de ObsidianaSe abandonó a la desmemoria.Se inmiscuyó en sus pasillos,cubiertos de sombra.El silencio,terminó por devorarlo.La noche,llegó con fuerza decisiva,con piel de estrellasde fulgurantes brillos.
Música: Hugo Kant, la evocación espacio-tiempo
Hugo Kant, multiinstrumentista de Francia, inició su proyecto en solitario en 2011 con el lanzamiento de «Searching London EP» y su primer álbum de larga duración «No quiero ser un emperador». Inspirándose en su formación musical ecléctica, como el rock clásico, la música clásica, el jazz ácido, las bandas de rock progresivo de los 70 y estilos más recientes como el.trip-hop. Se centra en la inmersión de los oyentes y en ambientes profundos. Hugo Kant fábrica una
Desde Montevideo: «Empiezo mañana», un relato de Fino Sosa
Era asqueroso. Asqueroso y desagradable. Lo veía desde lejos sentado frente a mí en otra mesa junto a la puerta del bar. Ni los ruidos de la calle, ni el bullicio general lograban tapar el volumen de su voz. Comentaba y opinaba de mil temas a la vez, engullía y sorbía un café que estaba frío de tanto esperar mientras la comida se le escapaba por la comisura de la boca. Entre la camisa blanca desabotonada hasta el abdomen y el saco azul de marca, escondía una gruesa
«Mujer cepillándose los dientes», un cuento de Valentina Montes
Por hacer y reafirmar presencia, a veces prefiere la “red social” que una confidencia a un amigo o un secreto escrito. Sin embargo, en ocasiones consigo misma conversa, ahora, por ejemplo, en la cama recostada, sin rebasar la frente con la espuma de sus pensamientos, sin moverse mucho, tal cual se encuentra desde hace algunos minutos: En una sociedad donde una plataforma digital te plantea postular públicamente si estas aburrido o contento, ¿qué
«De tanto ver la lluvia sus ojos se volvieron tristes», un artículo de Jenny Liliana Betancur
Parecerá un artículo de política, pero no lo es, ¿o un relato melodramático?, tal vez solo sea el testimonio de una emigrante colombiana. Éstos días pesarosos de mi país, dónde la guerra no se detiene, donde las esperanzas de seguir con un proceso de paz se hunde ante unas elecciones presidenciales, donde el pobre es cada vez más pobre y el rico más rico, dónde la avaricia de «poder» no cesa, dónde la humanidad se pierde ante la pillería, se han de juntar con mi experiencia fuera
Dos relatos de Juan Luis Henares
La búsqueda
Marchaba a los tropiezos por la selva, los rayos del sol lastimaban sus ojos; el cansancio y la sed lo vencían, pero la esperanza de encontrarlo aún vivo era más fuerte. En él estaban depositados sus sueños de un mundo justo, de una vida mejor o, al menos, la ilusión de poder alimentar y educar a sus hijos.
De pronto escuchó voces, se ocultó detrás de los árboles y cien metros adelante divisó un precario y viejo caserío; agazapado esperó el momento
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