En el cabaret-verde
A las cinco de la tardeLlevaba ya ocho días con los botines rotospor culpa de los guijos; y a Charleroi llegué.En el Cabaret-Verde, encargué unas tostadasde manteca y jamón jugoso y calentito.Estiré las dos piernas, feliz, bajo la mesaverde, mientras miraba los dibujos ingenuosdel tapiz. ¡Qué alegría cuando la criadita