Me ofrecía una soga
dos puñalesel borde de un papel o una sonrisaabrazo entre el murmullo cotidiano.Dueño de la cadenciadel espacioequidistante entre el destinoy el deseo.Me ofrecía sus dudassu rebelión azul.La luz ya parpadeabaen el hueco en el labioen la espiral saladadonde duermen los peces.