La Luz por la que bailamosEsto es la vida después de la vida.
Su aliento, teñido de ginebra,llegó como una inyección fresca en mi oído.Estábamos bailando después de la medianoche en este lugarllamado Avenida 32, bailandosobre colillas de cigarrillos y contracuerpos que no eran los nuestros,
y a través de una luzde una densidad azuladaque casi no era luz en absoluto.Pero afuera, había estrellas,