Desde la torre de sal el viento desanuda sus pasos terrestres, las estaciones deambulan esféricas por la orilla del mar.
Creí haberte dicho que el voraz olvido nos acecha y que un día te preguntarás si el de hoy eras tú o si alguien en sueños te susurró esta historia. El tiempo, ese gran desmadejador, arruina también la unidad de la conciencia.
Y ahí vaspasajero de un trenhacia un lugar sin retornomientras la lluvia caey el viento arrullasobre tus pasosla cabeza desnuda.