Nada nos conmovió tanto a los catorce años como la muerte de María, la niña pura del libro de Jorge Isaacs. Este tomito, encuadernado en cuero rojo, con cantos y tafiletes dorados había pertenecido a la biblioteca del abuelo Ricardo Alfonso, y lo hallé en uno de sus baúles en la habitación frente al tanque.
Solamente esas paredes saben cómo lloré durante el proceso de enfermedad, muerte y entierro de María.
Entonces cuando iba al cementerio de arriba a visitar la tumba de Edda Eligia, la hermanita muerta, me parecía ver la misma siniestra ave negra posada en el brazo de hierro de la cruz. Al yo acercarme, el pajarraco levantaba el vuelo graznando lúgubremente.
Mi mayor felicidad entonces hubiera consistido en que la tuberculosis acabara con la hija de Narciso Blanco, pero los Blanco eran tradicionalmente una familia de gente sana.
Alfredo Armas Alfonzo.
Editor, periodista, escritor, crítico e historiador venezolano, Alfredo Armas Alfonzo destacó tanto por su papel en la promoción cultural, fue fundador de la revista Jagüey y colaborador de otras muchas, como por su obra literaria en la que es considerada como uno de los precursores del Realismo Mágico. Tras varios años trabajando en el sector petrolero, Armas Alfonzo se dedicó a la enseñanza, trabajando para la Universidad de Oriente y el CONAC, recibiendo en 1969 el Premio Nacional de Literatura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario