Todo vuelve a los centros de las ciudadesIRegresamos avergonzados al mito de los libros sagradosen búsqueda del frío para renegar la existencia de la vida.Permanezco ante los monumentos y los lúcidos insultosque los hombres atormentados les profieren.En una sola mirada de frente y con calmo desprecio
advierten el comienzo de un nuevo día de espectrosen las paredes de la belleza,el corazón animal develado por la sucia tensióndel hielo manchado con lo carnalexhibiendo el mapa de sangre para las frágiles criaturasque han sabido alimentarse y crecer desde la tierra,el frío de los templos en el cuerpo de la adolescenteque espera hasta tardepor la pureza de las ciudades en llamasremanentes bajo las ropas disueltas de los ahogados.Mientras los Observadores pronunciansus nombres en el Círculorobemos lo necesario del reflejo del revólvery la mano que lo empuñapara pregonar el nombre de la pesteentre los surcos naturales de la piedraen las facciones esculpidasdel dios único:el dios de la guerra.
IILos habitáculos consumidos por incendios finalesmotivados desde la cíclica enfermedad en la misión mesiánicade destruir la voluntad de la palabra registradaque después no tuvo ninguna importanciaal ser reproducida con sarcasmo frente al público,
habitados hoy con la delicada angustia en la expresión de las prostitutas,
por generaciones de extranjeros sobreviviendo por la vitalidad para hablar de su patria
con la radio que repite como en todo el mundo secreto y tangible
que debemos protegernos de las agresiones del clima,
rodean al balcón presidencial impenetrable desde las alturas históricas de la sangre
vertida y diseminada en los rasgos que se habrán de convertir
en las ilusiones uterinas de las raíces de la vergüenza.habitados hoy con la delicada angustia en la expresión de las prostitutas,por generaciones de extranjeros sobreviviendo por la vitalidad para hablar de su patriacon la radio que repite como en todo el mundo secreto y tangibleque debemos protegernos de las agresiones del clima,rodean al balcón presidencial impenetrable desde las alturas históricas de la sangrevertida y diseminada en los rasgos que se habrán de convertiren las ilusiones uterinas de las raíces de la vergüenza. Grito y sé que me llevarán hacia un lugar que mis captores tampoco saben qué es:Antiguo asesino, todo ese tiempo en aquel sitiocumpliendo las que declaras en el presente órdenes tristes y violentas
propias de un compromiso íntimo y mayor con el ruido de los horizontes de las épocas,si es así como ocurrió frente a la severa visión de los huérfanosque sólo aspiran el frío de la presencia de los hechos,si no eres más que un bastardo que no supo aceptar su dignidady eligió completar su nombre cumpliendo el último favorpara un cuerpo disuelto en las amenazas de las marcas de las sepulturasque oran las promesas de colonizaciónsobre la tierra de los velos hechos para ser rasgados,
¿no envejeciste más ciego y sediento?No te atreves a cerrar los ojos para sellar la oscuridady sentir las costillas de su espalda congelada, roída y suavecomo el plástico de los juguetes de sus hijossabiendo que su madre jamás querría que presenciaran tu asesinato¿o sabes que los niños pueden clavar una daga más destructiva y seguraen la presencia cruda de su vida casi sin recuerdos?
Ni siquiera de lo que hay en tus bolsillos pudiste liberarte,para ellas, las únicas almas que pueden explicarel motivo de la existencia de las ciudadespor su honesta humildad ante el entendimiento del dinerocomo gastados cartones con el poderde dar la orden momentánea de no dispararcuando se decide no creer en los gestos del animalque habita en las sombras del animal,ni siquiera con ellas pudiste descansaren la certeza de la fragilidad ajena.
No quieres dejar de insistir en la sumisióna la traición natural de los compromisos con los terrores arcaicos,como si alguien escuchara desde los altares de los pactos...No debo creer en el misticismopara obligarte a reconocer con el tacto los rostros en las paredes.Como el más débil y descubierto entre los doste exijo que te deshagas del uniformey camines descalzo a través de los gritos de los siglos.Se el sol negro y consúmete en el fulgor de las criaturas en el cieno.
IIISi los Monstruos de la Historia no prevalecen,si logra enclaustrar la ultraviolencia del dios únicoel vocablo de los rapaces que escaparon de la esclavitudpara ser devorados por los parásitos ocultos en el diafragma de los cristalesdel sueño profundo y cansado,entonces quién será capaz de mantenersesin arder en la inocencia fingida de la belleza natural
para grabar en los murallones metálicos del caoslos trazos afiladosde la humanidad reciente, oceánica, desarmada y peligrosaen los brazos de las bestias.
He vendido mi cuerpo por el hambre también yopor cuarenta, cincuenta manchadas, traidoras razonesdespojadas desde la humillación de los cortes en los piesde los erguidos y solemnes oyentesintentando no demostrar conocer a la persona anunciada públicamentecomo el dueño del arma exhibida y de una terrible enfermedadinvisible y cierta como la justicia socialen los rasgos del cadáver del padre envestidocon el humo amarillo y adictivo del traje gris del que siempre temióque se transformara en la última figura de la expresión de su desnudo,en el mineral lacerante de los ritos;eso es lo que valgo en el lugar en el que nacíy no me importa mi valor ni la vengativa desilusión de los maestrosporque jamás venderé la historia de mi hambre.
Necesito incendiar el imperio, ver la estructura metálica exhibidacandente, impredecible...sé que no soy el único, por eso los demonios existenen la madera negra del hambre de las familias emigrantesy son la proyección de nuestra sensatez,de la piedad que devela el oxígeno enrojecido de la medianía de las erashacia la voluntad para reconocer el brillo de la excitación del mundo concretodel que nos hablan las luces de nuestra menteen los momentos que contemplamos los espacios abiertosinconquistables y desangrados por los túneles subterráneosen los que se inició, tras el derrumbe que sepultó al hermano más pequeño,el remordimiento de las castas-,vestigios inculpados del entendimiento de otros tiempos sacrificadosy revividos en la rebeldía por los herederos del rito encarnizado.Soy un asesino, eso es todo lo que recuerdo desde mi nacimiento,y como tal, desde mi fe,encontraré el camino de regreso hacia los pechos inmolados y etéreosenvueltos en las banderas rojas;
ya lo he visto en la luz del conjunto de todos los vicios.
El frío de la fe
La sangre en las fauces de la bestia, su memoria,el hambre de ver en la oscuridadla caída del niño poeta y la creación del alma del criminalen esta gran avenida iluminada en la que los adolescentes y los viejossueñan su suerte cada nuevo siglo;la niña pequeña concentrada en el sonido de los golpesdesde el otro lado de las almas de los murosobligada a responder que es la mujer libre y culpable de no albergarla violencia en su vientre como se interpreta desde los signosde los finales de los imperios, por no ser la agradecida supervivientepara las jerarquías innombrables;el habitante de la frontera que juró destruir la ciudad con sus manossi no volvía a ver a los espíritus de sus hijosanunciar algo que lo animara a alimentarsecomo lo hizo el pasado amor a la inmortalidadcon la posibilidad de no ser un cuerpo de la guerray la certeza de que ningún líder poseyera la explosión de su muerte;
las historias de los vástagos asesinos que recordaron la ira esencialdel pacto obvio pero oculto del juego de sus hermanosy que fueron callados con el trabajo letal de cavar las zanjasque separan y distribuyen el veneno de los pueblosse evocan para sentir la lejanía durante algunos minutos de paz.
Los hombres solos en los portales de las iglesias cerradasno esperando por el inicio de la vida toman lo que les pertenece.Se es más la ausencia de los seres queridos:contemplo el débil resplandor y el filo del puñal,los objetos mundanos en la penumbra son evidentes y descifrableshabitables sin necesidad de la luz quizás por el resto de los años.
No relates la crueldad de tus orígenes, detrás de la compasiónsiempre está el temor y el odio al animal herido.Sus pupilas se dilatan ante las confesiones inevitablesdel vapor que el pecho exhala, sus rodillas se quiebran
para pedir una hipótesis parricida que valga la carne de los dorsos marcados
en la fotografía de los quinceañeros raquíticos
tras el hambre segregada del pudor
por la geografía casta de los alambres de púas:
los demonios provienen de nuestra primera percepción de los astros
recordamos a los sepultados como gente que ha elegido no volver después de la traición;
los maestros enferman olvidando las decisiones
que relegaron a las generaciones jóvenes
a portar el peso extraño y propio de las armas blancas
en la seriedad de las horas del día que se abre.
-Toda nuestra fe para unos segundos de ciega calidez
en los que se pide por quienes forjaron nuestra miseria
con el fin de mantener el dolor en el fuego de los pómulos
entendiendo el llamado del sonido del metal de las cúpulas golpeado.
La derrota es una en nombre de los monstruos de la Historia,
de lo que siempre escondimos creyendo que llegaría el momento
en que seríamos recompensados por el tiempo de la inocencia.
para pedir una hipótesis parricida que valga la carne de los dorsos marcadosen la fotografía de los quinceañeros raquíticostras el hambre segregada del pudorpor la geografía casta de los alambres de púas:los demonios provienen de nuestra primera percepción de los astrosrecordamos a los sepultados como gente que ha elegido no volver después de la traición;los maestros enferman olvidando las decisionesque relegaron a las generaciones jóvenesa portar el peso extraño y propio de las armas blancasen la seriedad de las horas del día que se abre.-Toda nuestra fe para unos segundos de ciega calidezen los que se pide por quienes forjaron nuestra miseriacon el fin de mantener el dolor en el fuego de los pómulosentendiendo el llamado del sonido del metal de las cúpulas golpeado.La derrota es una en nombre de los monstruos de la Historia,de lo que siempre escondimos creyendo que llegaría el momentoen que seríamos recompensados por el tiempo de la inocencia.
Javier Flores
Letelier es gestor cultural
y poeta. Formó parte de la antología de cuento y poesía realizada por el sello
Editorial MagoEditores de Chile en la sección de poesía, y de la antología
desarrollada por la Editorial Alea Blanca de España con selecciones de textos
del fanzine Elefante Rosa. Ha publicado el poemario Río Salvaje, por Ediciones
Osiris, y en diversos medios electrónicos tales como Palabras Malditas,
Remolinos, Litterae, Cinosargo, entre otros. Ha participado con textos en
instalaciones artísticas como Experimento Colector, desarrollada por el grupo
Libre Configuración de España y en lecturas poéticas pertenecientes a la Feria
del libro del Parque Forestal, en Santiago de Chile. Hoy forma parte de los
proyectos colectivo artístico-cultural Río Negro – www.colectivorionegro.cl y Revista La Ira de Morfeo –www.revistalairademorfeo.net ,
de los cuales es fundador.
*Actualizado el sábado 7 de mayo de 2022.
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