Un hombre de mediana edad camina tambaleante por el irregular terreno en el que se encuentra. El sol le quema los ojos y merma sus esperanzas; lo que busca es agua, sin embargo, de poco le valdrá encontrarla.
Viste un ajustado traje aislante, carga una mochila llena de cachivaches, un aparato que emite un zumbido incesante y marca en su pequeña pantalla infinidad de números amarillos.